Capítulo 8.

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─Hola, soy Jeremy.

─Hola Jeremy, yo soy Vincent, ella es mi ex novia Amy, y mi hijo Ken.

─Vincent, deja de decirle a la gente que soy tu ex novia─ dijo la mujer, acercándose al rizado para saludarle también─. Soy su prometida. Encantada de conocerte.

─El placer es todo mío.

─Ken, ¿Saludaste al amigo de tu tío Liam?

─Hola─ dijo el niño con desinterés, desapareciendo en dirección al jardín.

─ ¡Ken!─ Se quejó su madre─. Qué niño sin modales, por Dios. 

─No pasa nada, es normal─ dijo Jeremy, pensando en lo mucho que deseaba no tener hijos jamás─. Así son los niños al fin y al cabo.

Luego de las presentaciones, los saludos, y el resto de las formalidades, se sentaron a la mesa. Liam apenas podía responder, intentando disimular lo que ocurría en su cabeza. Estaba realmente prendido con la idea de Jeremy fingiendo ser el chico bueno que mostraba con los demás, estableciendo una masculina conversación con su primo, cuando claramente había expresado que le gustaba ser tratado como una perra. 

Se pasó una mano por el rostro, más nadie pareció notarlo. La madre de Liam seguía repartiendo vino a diestra y siniestra, Vincent aceptando, Jeremy también, los únicos que no bebían eran Amy y su hijo, pero Liam apenas tocaba su copa de vez en cuando. 

La comida estaba deliciosa, todos opinaban lo mismo. El rizado podía ser increíblemente simpático, eso realmente había sorprendido al mayor, no tenía esas actitudes cuando se conocieron, ahora se desenvolvía socialmente con tanta facilidad que hasta podría haber sido político. 

Pidió disculpas para ir al baño durante un momento, Liam intentó calmarse, pensar en otra cosa en su ausencia. Probablemente sólo se trataba de una broma y realmente no tenía intenciones de terminar así la noche, bajó los hombros, decidido a aplacar la necesidad de perseguirle hasta el baño, acabando por hacer algo peligroso. Su móvil vibró, al mismo tiempo en que Jeremy retomaba su lugar en la mesa. La conversación había tomado un rumbo laboral, y como Liam no había comenzado a ejercer aún su carrera, pues estaba especializándose aún, decidió averiguar quien le había enviado un mensaje. 

Su corazón bombeó con fuerza dentro de su pecho al ver que se trataba de Jeremy, y no sólo eso, el mensaje era una imagen, una fotografía. Intentó tragar en seco para recuperar la compostura, pero las curvas del cuerpo desnudo de Jeremy, resaltadas a propósito con la intención de provocarlo, estaba consiguiendo su cometido. El rizado observaba muy apenas, de reojo, que Liam estaba sufriendo con la foto que le había enviado, provocándole aún más excitación con la idea. Amy estaba demasiado concentrada regañando a su hijo, limpiándole el rostro, y malcriándolo, mientras Vincent discutía con el par de ancianas por quién se serviría el poco vino que quedaba en la botella. 

Aprovechando la distracción de todo el mundo, Jeremy se volteó hacia Liam ligeramente, lamiéndose el dedo índice de la mano con la que usaba para apoyar su mejilla en los nudillos, sutil. Por mucho que intentó contenerse, tuvo que buscar el muslo del rizado con su mano, apretándolo para que se detuviera, provocando que se enderezara al sentir el tacto del mayor, cubriéndose la boca para que no se le escapara un suspiro. ¿Cómo era que el resto no se daba cuenta? 

Donde ellos veían un rostro amigable y educado, Liam no podía dejar de ver una expresión lujuriosa y sedienta. 

Pero mientras él buscaba fuerza para contenerse apretando el muslo de Jeremy, él no podía dejar de sentir la sangre subir por su cuerpo, acelerándole el corazón. Y es que con esa gran mano apretando su carne, no podía dejar de imaginarla al rededor de su garganta, o golpeando sus glúteos, o quizás halando su cabello.

Cazando al Baby Boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora