-¡Ale!, ¡Ale!- Alejandra escuchaba a Luisfer gritar su nombre y moverla para reaccionar, pero era como verter agua en un vaso de tela.
Una persona muerta había caído del tejado, tenía huecos en donde debía haber carne y piel, estaba completamente ensangrentado. Los zombis golpeaban la puerta como si su vida dependiera de ello, entonces el cristal se llenó de grietas y reventó, esparciendo los pedazos por el frío suelo. El primer zombi atravesó la puerta como un animal. Luisfer jaloneó desesperado a Alejandra. Entonces el vaso se hizo de vidrio.
-¡Corre!- dijo Luisfer por última vez y Ale lo escuchó claramente. Corrió junto con Luisfer hacia la puerta de la cocina, donde Valo los esperaba para cerrarla. Luisfer empujó a Ale al interior y él entró después, justo cuando un zombi le pisaba los talones.
Detrás de la puerta se escuchaban los golpes de los zombis. La luz de la cocina estaba apagada y como no tenía ventanas estaba muy oscuro. Todos se quedaron quietos donde estaban respirando agitadamente, entonces alguien se movió y encendió la luz. Tenían una cara de susto, pálida y con los ojos muy abiertos.
-¡Maldita sea Ale! ¿en que estabas pensando?- explotó Nina de pronto- ¡pudieron haberte alcanzado, a ti y a Luisfer!- gritó, tratando de callar los ruidos de los zombis. Ale no respondió, solo la miró directamente con cara seria, sin ninguna pizca de sentimientos.
Todos los demás permanecieron callados.
-¡Ale, di algo!- continuó Nina y Ale no respondió, esta vez, simplemente caminó hacia una silla cercana y se sentó. Clarisa se acercó a Ale y la abrazó murmurando algo por lo bajo. Nina se dio por vencida y se dejó caer en el suelo junto a la pared. A veces no comprendía del todo a Ale, como en este momento se le hacía muy raro que no le hubiese respondido en absoluto, claro que tampoco tenía por qué haberle gritado, es solo que le había causado un susto y estaba preocupada por ella. Decidió que más tarde se disculparía por haberle gritado.
Afuera se escuchaba el desastre que causaban los zombis, rompiendo cosas y amontonándose en la puerta tratando de entrar, y a pesar de que esta resistía muy bien, cada vez que temblaba fuerte todo el mundo se paralizaba de miedo.
-No podemos seguir aquí escondidos, ¿qué tal si nunca se van?- dijo Fernanda después de un rato.
-¿Tienes una mejor idea genio? Deben de haber unos veinte zombis allá afuera, ni de broma podemos con todos- replicó Carlos de mal humor. Fernanda abrió la boca para decir algo pero de inmediato la cerró, de ésta no iba a salir ningún buen argumento.
-Habrá que esperar, en algún momento tienen que cansarse y buscarán comida en otro lado- dijo Valo, sentado en una esquina.
-Si no es que somos la última comida que queda...- agregó Braulio.
Entonces el silencio volvió y lo único que se escuchaba era a los zombis golpeando y rugiendo.
No había ningún plan B de escape, la única salida de la cocina era aquella puerta de acero, ni ventanas ni nada, era tanto una ventaja como una desventaja, nadie entraba pero nadie salía. Los chicos se fueron acomodando para dormir, no eran ni las ocho de la noche pero, francamente, no había otra cosa que hacer. Tendieron las sudaderas sobre el suelo y se juntaron unos con otros para guardar un poco más de calor.
"Realmente habrá que volver a los dormitorios para tomar sleepings, esto de dormir en el duro suelo no es nada agradable" pensó Nina.-
Luisfer se encontraba lanzando una pelota de tenis a lo lejos, en el patio trasero de su casa, observando cómo aquella criaturita corría chistosamente hacia ella. 《Lucas》 así se llamaba aquél perrito blanco y peludo. Luisfer soltó una carcajada cuando Lucas volvió con una ramita en lugar de la pelota verde.
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Apocalipsis zombi... ¡¿En mi escuela?! © [#CsApocalypticInfinitLove]
Science-Fiction~•PRIMERA PARTE•~ ¿Qué harías si en un día normal de escuela apareciera un virus que mata a prácticamente todos tus compañeros o los convierte en zombis en un solo día? ¿A dónde irías? ¿En quién confiarías? San Felipe el Real, un internado...