Capítulo 23- ¿Qué es la vida sin un poco de riesgo?

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Dedicado a anapaulacruzloayza3 y a YennyLezamaJimenez. ¡Qué lo disfruten, amores!

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16 de diciembre de 2008

—¡Ugh! ¿Cuánto más tenemos que estar aquí? —se queja Gian, pasándose las manos por la cara.

—Deja de quejarte. Tú eras el que quería venir aquí —le digo, inspeccionando unas corbatas.

—Sí, pero hemos ido a cada tienda de este centro comercial y tú todavía no eliges lo que usarás mañana.

—Bueno, no es mi culpa que nada se ajuste a mis estándares y estaremos aquí el tiempo que sea necesario hasta que encuentre el traje perfecto —replico y él se queja aún más.

Gian es una de esas personas a las que no les gusta ir de compras. De hecho, creo que solo va al centro comercial tres veces al año como mucho. Sin embargo, él insistió con ir al centro comercial, porque no tiene nada que usar para la fiesta de mañana en el instituto. Él y Dante ya tienen lo suyo, pero yo aún no he encontrado algo para mí, ya sea porque no me gusta, no se ve bien en mí, o simplemente porque el precio no me convence. Esta es la quinta tienda a la que entramos y realmente espero encontrar algo.

—Ustedes dos son los amigos más raros que he conocido en mi vida —comenta Dante.

—Ja. ¿Escuchaste eso? Dante piensa que eres raro —le digo para molestarlo. Él rueda los ojos.

—No. Piensa que tú eres raro —contraataca.

—No dije ni pensé eso. Dije que ambos lo son —explica Dante, pero no le hacemos caso.

Le saco la lengua al moreno, a lo cual él responde mostrándome su dedo corazón. Me río y entonces un empleado se nos acerca.

Buon pomeriggio [22]. ¿Puedo ayudarlos? ¿Buscan algo en específico? —nos pregunta.

—¡Al fin! —exclama Gian—. La diva necesita un traje para el festival de Sanremo.

—Ja, ja, ja. Eres tan gracioso, Gianluca —me río sarcástico—. Pensaba ir a la cafetería de Enzo y comprarte una ronda de donas, pero ahora adiós a ellas.

—¿Qué? ¡Agh! —se queja. Ese debería ser su nuevo nombre, Quejoncio.

Me vuelvo hacia el empleado y le explico la situación. Él asiente y me pide que lo siga. Me lleva hacia el otro lado de la tienda, me pregunta de qué color prefiero el traje y le digo que cualquiera está bien. Finalmente, luego de haber visto cada maniquí de la tienda, encuentro el traje perfecto. Es de color negro, el chaleco y la corbata de moño son de color gris claro. Lo pago con mi tarjeta de crédito y mis amigos y yo salimos de la tienda para irnos a casa.

***

17 de diciembre de 2008

No puedo expresar en palabras lo feliz que me siento hoy por que al fin se han acabado las clases. Es un sentimiento indescriptible. No veré más a Pérez, lo cual es mayormente la causa de mi felicidad, el estrés disminuirá un poco y a lo mejor pueda estar tranquilo.

¿A quién engaño? Eso es demasiado pedir en mi vida.

Las clases solo duran hasta el mediodía; a la tarde se llevará a cabo la fiesta en el gimnasio y Dominici dará su usual y aburrido discurso.

El profesor Rochester, de inglés, comienza la clase de manera energética y entusiasta, lo cual me sorprende. Es decir, la mayoría del tiempo él está de mal humor y se desquita dándonos tarea extra. A muchos de mis compañeros se les dificulta el inglés, así que probablemente no entienden cuando el profesor murmura que al fin no tendrá que soportarnos hasta enero y que somos unos mocosos engreídos. Aunque esté de "buen humor", eso no le impide asignarnos un trabajo para entregarlo cuando volvamos.

Desearía que fueses mi droga (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora