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  - ¿Puedo pasar?.- Yibo se quedo de pie en la entrada.

- ¡Adelante!

- ¿Esta dormido?

- ¡Mnn!...hace poco...

- Yo solo...solo quería ver como estaba...sera mejor que descansen...partimos mañana temprano...- Hasta mañana.

- ¿A donde vas?.

- Mi Gege encontró una habitación para ambos...- No podía dejar de mirar al pequeño.- Yo también iré a descansar...hoy han sido muchas emociones.

- Yibo...- Xiao Zhan extendió su mano.- ¡Ven!...

- ¿Que sucede?.- Yibo se sentó a su lado.

- ¡Quédate!...- Apretó su mano.- Con nosotros...

- ¿Estas...seguro?

- ¡Completamente!.- Xiao Zhan sonrió.- Quiero que te quedes a nuestro lado...no solamente hoy...sino por siempre...

La mirada de Yibo se volvió acuosa y en su garganta luchaba con un nudo que se había formado ¿Por cuanto tiempo estuvo esperando estas palabras? Ya no importaba por cuanto, finalmente las había escuchado, su omega había abierto su corazón permitiendole entrar nuevamente, por fin aquello que tanto deseaba se estaba cumpliendo, antes de que el llanto escapara de sus labios coloco con suavidad su mano detrás de la nuca de Zhan y tiro de el despacio, acercando sus labios y fundiéndolos en un tierno y paciente beso.

En ese momento Xiao Zhan no podía pedir nada mas, estaba decidido a vivir su felicidad, aquella a la que tuvo que renunciar una vez y la cual necesito, esta vez la tomaría entre sus manos y se aferraría a ella fuertemente, no le permitiría a nada ni nadie que se la arrebatara, estaba completamente seguro, amaría a su alfa con todas las fuerzas de su corazón.

Una vez liberado de la jefatura de policía y luego de haber recorrido toda la ciudad pensando en todo lo que había sucedido y todas las palabras que fueron dichas, el señor Wang regresaba a su hogar, sabia muy bien que allí no encontraría nada mas que la soledad pero en ese momento era el único lugar en donde quería estar, arrastro los pies escaleras arriba y recorrió aquel largo pasillo, se tomo su tiempo deteniéndose en cada una de las habitaciones que alguna vez habían pertenecido a sus hijos e incluso a su nieto, empezaba a darse cuenta que toda esa soledad la tenia merecida, pensaba que era el mejor, alguien grande, pero aquel omega le demostró lo diminuto que era ante el, sin esperarlo había recibido una lección de aquel chico.

- ¡Mi señora!

- Que bueno que llega señor Wang...quería verlo una ultima vez..

- ¿A...a donde va?

- ¡Me marcho!

- ¡Mi señora!

- No se imagina cuantas veces espere para escuchar que me llamara con ese dulce tono...pero ahora...ya es muy tarde..

- ¡Por favor!...no te vayas...no me puedes dejar...tu no.- Tomo su mano.

- ¿No quiere que me vaya por temor a estar solo?...porque se muy bien que no me ama...o porque teme que me lleve lo que me pertenece.

- No...no...nada de eso me importa ya...

- ¡Que bueno que no le importe!...porque pretendo tomar todo lo que es mio...le recuerdo señor Wang...que el 70% de lo que tiene me pertenece...

- ¡Tomalo todo!...pero no me abandones...

- No necesito tomarlo todo...no soy como usted...

- ¡Mi señora por favor!

Maktub (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora