FÜR DICH ( Yoongi y T/N)

Capítulo 35

Narra Yoongi.

Mi nombre es Min Yoongi y soy hijo único.

Solía vivir con mis padres y mi abuela pero de pronto ella enfermó y tuvieron que internarla en el hospital.
Había momentos en que parecía estar bien pero de pronto se ponía mal.

El seguro de mis padres pagaba todos los gastos ya que ellos eran profesores de música en la misma académia donde yo estudiaba.

Después de su muerte me quedé solo con mi abuela pero ella siempre estaba en el hospital así que prácticamente estaba solo.

Tardé mucho en recuperarme ya que la depresión me estaba consumiendo pero después de eso volví a mis clases de música.

Dejé la escuela porque también tenía gastos y el dinero no me era suficiente.

Todos los días solía tomar la misma línea de autobuses, nada era nuevo para mí.
Llegaba, tomaba la clase y me daba tiempo para subir a la azotea, donde nadie me molestaba.

No tenía muchos amigos, ni antes de la muerte de mis padres, ni después.
Solo a Akane y su hermano.

La mamá de Akane era amiga de mi madre y ellas se visitaba muy seguido, por eso nos conocimos desde niños.

Después su madre se casó con otro hombre y él tenía un hijo más pequeño que nosotros.
Y así fue como conocí a Jungkook.

Me distancie de Jungkook a partir de la muerte de mis padres pero a Akane la veía todos los días en la académia.

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Era una tarde como cualquier otra y después de trabajar me fui a la académia.

Subí al autobús y me dirigí a la parte de atrás pero al pasar cerca de una chica, sentí un ligero aroma a rosas.

No sabía quién era porque nunca la había visto pero no le di mucha importancia, ya que quería llegar concentrado a la prueba que tendría ese día.

Había pasado practicando los días anteriores porque esa prueba era muy importante para mí.
Mi turno llegó y estaba nervioso pero traté de hacer que no se me notara.

Después de eso subí a la azotea para relajarme un rato pero me terminé durmiendo.

Cuando desperté perdí la noción del tiempo, me acerqué al barandal para ver si los demás ya se estaban yendo y ahí estaba otra vez esa chica.
Giraba por todos lados como si se le hubiera perdido algo.
Después de eso bajé y volví a casa.

Todos los días eran iguales para mí.
La casa estaba vacía y no había a quién avisarle que ya había regresado.

Llegaba a la cocina y me preparaba algo.
Comía solo y no tenía a quién contarle cómo me había ido. No había a quién escuchar, ni con quién hablar.

Recogía los trastes y subía a mi habitación o a veces practicaba con el piano de mi padre, y esa noche no fue diferente a las otras.
Al día siguiente me levanté y me fui a trabajar.

Solía trabajar en una tienda de instrumentos musicales.
El dueño de la tienda fue conocido de mi padre y por eso él me permitía irme cuando tenía que ir al hospital a ver a mi abuela.

Después de trabajar llegaba a mi casa y tomaba un baño pero no me quedaba tiempo para comer algo, así que salía a veces sin comer.

Ese día subí al autobús como siempre y nuevamente vi a esa chica.
Pasé cerca de ella, la vi por unos segundos y pude notar su cara sonrojada, evitando el contacto visual conmigo.