Triana

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Unos días después de aquel reencuentro, todo seguía igual, yo en el instituto de siempre y Yael en la universidad de una ciudad cercana a la mía.

Un día cuando acabaron las clases, me llamó para saber que tal el día. No tardó mucho en preguntarme por Patrick.

- ¿Y tú amiguito Patrick?- preguntó Yael irónico.

- Eres tonto amor, pues bien, insoportable como siempre, hoy se ha cambiado de mesa, lo tengo delante.

- Que raro cerca de ti.

Después de la broma de la biblioteca, Yael y Patrick se cruzaron por la calle un par de veces y siempre habían acabado discutiendo. 

Lo que Yael no sabía es que en un descanso entre clase y clase, Patrick ha intentado besarme. No sabía si decírselo o no, siempre soy sincera con mi novio y con el resto de personas, pero me daba miedo su reacción. Si ya se llevaban mal, si sabía eso, se podía liar una muy gorda. Pero tenía que correr el riesgo. No podía callarme, no podía.

- Cuando vengas te cuento todo bien- le dije al fin. 

- No sé si podré ir hoy a verte amor, he quedado con algún compañero de la uni para conocernos mejor.  

- Vale, pues ya te contaré- contesté.

- ¿Pero pasa algo?

- No, nada importante

A media tarde Yael me mandó un mensaje de que efectivamente no iba a poder venir, se lo estaba pasando muy bien porque eran todos muy majos. 

Aproveché para dar un paseo con mi hermana y ponerle al día con todo. Ella es un año más pequeña que yo, nos llevamos perfectamente aunque a veces discutimos por cualquier tontería. Le conté lo que había pasado con Patrick esa mañana.

- No me lo puedo creer, este chico es un crack –dijo entre risas mi hermana.

- No te rías, a mí no me hace gracia –contesté malhumorada.

- Venga va Miri, sabes que si la tiene, ese tío no va a parar hasta conseguir lo que quiere, porque le gustas tú que sino...

- Que sino que- cambió mi tono de voz.

- Me lanzaba a sus brazos y se enamoraba de mi –mi hermana seguía riéndose.

- Ese chico es un chulo y un prepotente, ni lo mires.


                                                                           ....Una semana después...


-No, no puede ser, sabes que tengo novio

-Y tú sabes que te estás muriendo de ganas de besarme- contestó a tan solo unos centímetros de mi boca. 

Salvada por la campana y nunca mejor dicho, el timbre de comienzo de la siguiente clase sonó. Patrick se había cortado  y le había acompañado para curarle.

Claro, no desaprovechó el momento de estar solos en el gimnasio –donde estaba el botiquín- para intentar besarme de nuevo.

Por la tarde quedé con Yael, esas dos semanas había estado un poco ausente pero no le di mucha importancia. Era normal, había empezado la universidad y tenía que ponerse al día con todo.

Al principio le noté distante, pero pronto se le pasó entre besos y caricias. Le había echado mucho de menos, muchísimo.

De repente, llamaron a la puerta y fui a abrir. 

No me lo podía creer, eso era una pesadilla y tenía que despertar.

- ¿Qué haces aquí?- pregunté sorprendida.

- Que buen recibimiento, tranquila no vengo a verte a ti.

En ese momento apareció mi hermana con un bolso, me dio un beso y salió sin decir nada más.

- ¿Quién era? –preguntó Yael asomado al recibidor.

- Era Patrick ha venido a buscar a mi hermana.


                                                                              .....Esa misma noche.....


- Me puedes explicar que hacías tú con ese- le dije a mi hermana mientras nos sentábamos en su cama.

- Ese tiene un nombre y lo que hacía es evidente, quedar con él

- ¿Pero por qué? ¿Desde cuándo lo conoces tanto? ¿Qué ha pasado entre vosotros?- pregunté nerviosa.

- Haber hermanita parece un interrogatorio, lo conozco desde siempre pero el otro día hablamos tanto de él que le hablé por instagram, y bueno una cosa llevó a la otra y...

- ¿Y qué?- contesté algo alterada.

- Estás celosa o es cosa mía.

- No digas tonterías, simplemente me preocupo por mi hermana pequeña.

- Tranquila, no ha pasado nada, hemos estado hablando más de ti que de mí, a ese chico le gustas de verdad, y a ti parece que también.

- Estoy enamorada de mi novio, y tu ten cuidado con ese tío- decidí concluir la conversación. 

CASUALIDAD DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora