La despedida

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¡Ring!

- ¡Voy yo! –gritó Triana desde su habitación.

¡Igual es Julen!- pensé. 

Habíamos quedado que vendría a buscarme para ir a dar un paseo y después irnos a cenar juntos. Pero no. No era él.  A penas había pasado un minuto cuando trucaron en la puerta. 

- ¿Qué quieres? Creo que está todo claro- le dije a Patrick desde la silla de mi escritorio.

- No, todo no – se lanzó a besarme.

Automáticamente me separé de sus labios, no quería besarle, pero ya era tarde, alguien más estaba ahí, nos habían visto. Mis ojos fueron directos hacía alguien, mi hermana.

- Esto tiene una explicación- dije nerviosa. 

- Sí, y muy sencilla, iros a la mierda, ¡los dos! –gritó desde la puerta.

- La has liado imbécil- le dije mientras yo también salía de la habitación. 

                                                                    ....en otra parte de la casa....

- Déjame, no quiero hablar con nadie y menos contigo-dijo Triana sollozando desde su cama. 

- Triana por favor, te prometo que yo no quería...- iba a seguir hablando pero Patrick me interrumpió. 

- ¿Podemos hablar? – preguntó desde el umbral de la puerta.

- ¡Déjame en paz! ¡Dejarme los dos! –gritó mi hermana.

Pensé que lo mejor era hacerle caso, dejarle sola e intentar hablar con ella cuando estuviera más calmada.

Acompañé a Patrick hasta la puerta y una vez ahí, me sinceré con él.

- Mira Patrick no te voy a negar que me atraes, me gustas, me gustas más de lo que me hubiera imaginado nunca. Pero por favor, si vuelves a pisar esta casa que sea para arreglar las cosas con Triana. No le quiero hacer más daño del que le hemos hecho. Es mi hermana, entiéndeme.

- ¿Y a nosotros? ¿Quién nos entiende? – contestó con un tono  vulnerable esta vez. 

Nuestros rostros volvieron a acercarse, nuestros labios se volvían a buscar pero me separé sin pensarlo.

- Por favor –dije con la mirada baja.

Era cierto, ese chico me gustaba y mucho, pero mi hermana estaba enamorándose de él, solo podía alejarme y evitar sus besos. Unos besos prohibidos que jamás podría olvidar.

- Un último beso, el de despedida, te lo prometo.

No le contesté. Nos besamos. Fue un beso diferente, corto, muy corto, pero dulce. 

No dijimos nada. Nos miramos. Y él se fue. 

CASUALIDAD DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora