La reconciliación

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Habían pasado tres días desde esa noche, tres días desde la noche que hablé con mi hermana y decidí irme al pueblo con Julen.

Un fin de semana fuera nos vendría a todos muy bien, sobre todo a mi hermana y a mí. 

Patrick ni si quiera sabía si estaría afectado o seguiría en sus mundos de yupi

Pero nosotras necesitábamos desconectar cada una a nuestra manera, para poder pensar y saber qué hacer con nuestras vidas a partir de ese momento.

El fin de semana fue bien, por supuesto volví a sentir muchas cosas por Julen pero...no como esperaba. Quería creer que era todo muy reciente y por eso estaba así, pero sin querer no paraba de pensar en Patrick. 

Cuando volví a casa hablé con mi hermana, las dos nos sentíamos mal sin hablarnos, tuvimos una larga conversación donde al fin Triana me perdonó, pero también me advirtió que las cosas no se olvidaban de un día para otro, y por supuesto no la culpé de ello ni le recrimine ni una sola palabra.

Lo que me daba miedo era volver a ver al más prepotente de clase, al que me había robado un trocito de mi corazón. O quizá todo.

                                                                              .......el lunes......

Mi profesora no había callado en la media hora que llevábamos de clase pero yo, no me había enterado ni de una sola frase. 

Patrick entró en el aula un poco más tarde, más educado, más callado. Más ausente. 

Parecíamos dos extraños. No hablábamos, ni si quiera nos mirábamos. 

Sabía que en cualquier momento llegarían las palabras, las miradas. Lo que no sabía era que  Patrick estaba recibiendo un mensaje, de mi hermana.

Me enteré cuando entré en clase después del descanso y vi en su pantalla del móvil una foto del restaurante favorito de Triana, ¿Qué quería decir eso? Pronto lo sabría.


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