El mejor guía

15 1 0
                                    


-Al final no va a estar tan mal tu pueblucho - dije vacilante. 

-Vuelve a llamarlo así y te juro que...

-No te tengo miedo Julencito - no dejé que acabará la frase

-Deberías-  me contestó 

Ya eran las 3 de la tarde, me invitó a un bocadillo después de estar toda la mañana enseñándome su pueblo, un pueblo que poco a poco comenzaba a tener cierto encanto.

-Qué suerte has tenido encontrando al mejor guía de todo el pueblo - su sonrisa era preciosa

-Quizás la suerte la has tenido tú al encontrarme a mí.

En ese momento ninguno de los dos habló, nos dedicamos tan solo a mirarnos a los ojos, algo así como hablar con nuestra mirada, que decían lo que en ese momento nuestros labios callaban.

Nos acabábamos de conocer pero nació una química especial, algo que hizo que desde el primer momento las palabras sobraran para nosotros. No creía en los flechazos ni en los amores de películas pero creo que empezaba a dudar si existían de verdad. 

Pasamos un día perfecto, me tumbé en la cama, recordé cada instante de ese día, cada palabra, cada risa, cada mirada.  Me preguntaba a mí misma una y otra vez que hacía pensando en un desconocido, en Julen, que al fin y al cabo, era eso, un desconocido. Me preguntaba tantas cosas sin respuesta que al final caí rendida por el cansancio. 



..........al día siguiente..........


Entra el sol por la ventana, sonrío, nuevo día, nueva oportunidad para seguir conociendo a Julen pero... No. Es mi último día, en solo unas horas me vuelvo a mi casa. Decido mandarle un whatsapp "en un par de horas sale mi autobús, ¿te apetece acompañarme a despedir tu pueblucho?''.

Quince minutos, treinta, cuarenta, sesenta, sesenta y uno, sesenta y dos... Nada, no hay respuesta.

Estuve todo el viaje pensando en él, no lo pude evitar, sé que me había dado cuenta que era una locura, que a penas lo conocía, pero aun así, no podía evitarlo. ¿Por qué no me contestaba el mensaje? ¿Por qué me había gustado tanto? ¿Por qué confíe en él de esa manera? De repente, ya estaba, había llegado a mi casa. Muchos besos de mama, muchas risas de papá, muchas preguntas de mi hermana. Por supuesto, los detalles entre Julen y yo se quedaron en eso, en detalles entre nosotros.

Me llegaban mil mensajes, mis amigas, mis amigos, mi familia... pero ninguno de él. Observaba nuestra conversación del día anterior, y me di cuenta de un pequeño detalle que hasta el momento no me había dado cuenta.

"Eres una graciosa señorita extraña, estamos en el parque de mi casa, pero ahora me voy a ir a dormir, me ha encantado enseñarte mi super pueblo."

¿Estamos? ¿Quiénes estaban? Cuando me acompañó al hostal me dijo que se iba directo a dormir, ¿con quién estaba? ¿Había sido un error al escribir el mensaje? ¿Me había mentido? ¿Se había juntado con un amigo por el camino? O lo que es peor, ¿con alguna chica?

Estaba delirando ya, me montaba una película de la cual no quería  escribir más el guion, me cansaba de pensar tanto en él y no obtener ninguna respuesta a mi mensaje, además, lo acababa de conocer. Decidí pasar página, seguir mi vida, ¿a qué fui? A hacer realidad mi sueño, ¿lo conseguí? Sí. Pues mañana sería otro día. 

CASUALIDAD DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora