Llevábamos dos horas de clase donde apenas le había mirado, no era capaz después de lo que ocurrió la tarde anterior. Cuando sonó el timbre que anunciaba el fin de clase, Patrick movió su silla hasta estar pegada a la mía.
- ¿Vas a hacer como si nada preciosa? – preguntó con tono vacilante.
- No estoy para juegos, y no, no hago como si nada, porque fue mucho lo que pasó, demasiado diría yo. Se lo voy a contar a Triana.
- Como quieras.
- ¿Te dan igual los sentimientos de mi hermana?
- Claro que no, pero ambos sabemos que me gustas tú y por fin has demostrado que es recíproco -contestó con firmeza.
Suspiré, me levanté de la silla y salí al pasillo. Esa conversación no tenía sentido. Nada de lo que estaba ocurriendo lo tenía. Eso tenía que parar. Pero, espera, ¿me gustaba Patrick?
Por fin acabó esa intensa mañana. Salí lo más rápida posible. Estaba nerviosa. Había quedado con Yael después de contestarme al mensaje.
Pero... mi sorpresa fue que cuando salí, Yael no estaba solo.
- Hola chicos. ¡Julen! ¿Qué haces aquí? – no me lo podía creer.
- Ya ves, Yael me ha engañado para venir a buscarte – contestó en un tono divertido.
- Vamos, te lo contamos en el restaurante, hoy comemos juntos- dijo Yael.
No entendía nada, Julen y Yael juntos, ¡íbamos a comer los tres! No sé si estaba más sorprendida o más nerviosa, pero no tenía más remedio que ir con ellos a comer si quería saber que estaba pasando.
Elegimos restaurante, nos sentamos, pedimos la bebida y Yael empezó a hablar.
- Bueno Miriam, sé que esto es muy raro para ti pero era necesario. Hace un par de días Julen me mandó un mensaje, quería hablar contigo pero tú le rechazabas todos los mensajes.
- Sí, lo siento Julen pero no tenía ganas de nada, bastante tenía con llorar por Yael como para llorar también por ti –interrumpí.
- Entonces nuestras sospechas son ciertas, sigues sintiendo algo por él- siguió hablando Yael.
- Le hablé aun sabiendo que estaba mal porque necesita verte, él me contó lo que había pasado y me dio la idea de venir a verte- dijo Julen.
No entendía nada.
- Ya veo que era verdad y que yo no te importaba eh Yael- dije sin pensar.
- No es así, me importas, pero sé que lo nuestro se acabó y quiero que seas feliz-contestó.
La conversación se alargó hasta el último momento, comimos el postre y decidimos que Yael nos dejará solos para poder hablar tranquilamente entre Julen y yo. Estaba claro que también tenía que hablar con Yael, pero eso sería más adelante.
No sabía ni a qué lugar dirigirnos, no sabía qué hacer ni que decir.
Al fin, llegamos a una especie de bosque al lado de un parque. Nos sentamos en un banco.
- Mira sé que con lo que te voy a decir puede que salgas corriendo, me pegues un tortazo o me beses como si no hubiera un mañana, que esto último lo dudo mucho. El caso es que quiero ser sincero contigo, y conmigo. Ser sincero de una vez por todas y contarte todo.
- Me estás asustando pero dime, soy todo oídos.
- No era verdad lo que te dije cuando viniste a hablar conmigo, no había dejado a mi novia por ti, es más, seguía con ella -Mis ojos se abrieron como platos pero quise que continuará, guardé silencio. – Pero era verdad cuando te dije que desde que te vi para fiestas algo dentro de mí se removió. Por eso te mentí. Porque soy un cobarde y antes de dejar a mi novia quería saber si tenía la mínima posibilidad contigo.
- Y ahora, ¿cómo sé que dices la verdad? ¿Sigues con ella?- pregunté confundida.
- No le hubiera hablado a tu novio, bueno ex novio, ni hubiera venido hasta aquí para volver a mentirte Miriam, me he dado cuenta que no puedo cambiar lo que siento y siento que te conozco desde hace tiempo aunque hayamos estado juntos muy poco. Quiero conocerte, quiero estar contigo. Y no, no estoy con ella. Para seguir siendo sincero, no la dejé yo, me dejó ella. Pero porque cambié, porque me di cuenta que no la quería y me dejó.
No sabía que decir, no sabía cómo actuar, no sabía ni si quiera que pensar. ¿Me decía ahora la verdad? ¿Sentía algo por mí? ¿Y yo por él? ¿Qué hacía en esos momentos, me iba o le besaba?
Como si estuviera dentro de mi cabeza, contestó él mi última pregunta y se lanzó a besarme. Sentí sus labios como nunca antes había sentido otros. Estaba claro que ese beso lo llevaba esperando mucho tiempo.
- Y ahora, ¿qué hacemos?- fue él quien preguntó.
- ¿Empezar de cero?
Esta vez fui yo la que me abalancé sobre él. Nos besamos con más ganas, con más pasión.
ESTÁS LEYENDO
CASUALIDAD DEL DESTINO
أدب المراهقينMiriam es una adolescente que nunca ha viajado sola, y cuando lo hace por primera vez su vida da un giro de 180º. Nos cuenta en forma de diario todo lo que le sucedió desde ese día. Nadie sabe lo que puede ocurrir con las casualidades, con el destin...