-¡Feliz año nuevo!- gritamos todos al unísono.
Siempre me había encantado empezar el año rodeada de mi familia y, aunque no estaba con el mejor ánimo del mundo, eso me hizo muy feliz.
Pero hubo algo que no me gustó, la mirada de mi hermana. No era la misma, no la de siempre. Quise hablar con ella pero no pude. Cuando acabamos de brindar y tomar un par de copas, salió inmediatamente con sus amigas.
Durante los primeros días de navidad Triana se comportó un poco extraña, parecía contenta y a la vez triste. Finalmente el día de año nuevo tuve que preguntarle.
- ¿Qué te pasa Triana? Llevas unos días muy rara.
- Nada, estoy nostálgica con la navidad, es solo eso hermanita - contestó con una sonrisa.
.....dos días después.....
Cogí mi abrigo y salí de casa, había quedado con Julen para tomar un chocolate caliente con churros en nuestra cafetería favorita. En los últimos días nos habíamos visto lo justo, yo me había dado cuenta que estaba enamorada de Patrick y él llevaba unos días un poco extraño también. Tuvimos una conversación donde finalmente decidimos que queríamos seguir con nuestra nueva oportunidad, él me ayudaría a olvidar a Patrick y yo... ¿a quién tenía que olvidar él? Solo sabía que como yo, tenía un amor imposible.
Llegué a la cafetería y recibí un mensaje: "Amor voy a llegar 5 minutos tarde, ves pidiendo". Si tenía una mosca detrás de la oreja, en ese momento tuve dos. Él que miente una y otra vez puede seguir mintiendo toda la vida. Pero preferí pensar que tenía una buena excusa y pedí dos chocolates con unos cuantos churros para dos.
5 minutos, 6 minutos, 7 minutos...11 minutos después apareció por la puerta.
- Lo siento, me he encontrado con una amiga y me he liado a hablar con ella.
- A hablar, ¿o te has liado de otra manera?
En ese momento la expresión de su cara cambió.
- Perdón cariño, tranquilo no pasa nada, ahora aviso para que saquen ya los chocolates, me han dicho que si no se enfriaban.
Pasamos un buen rato. Por un momento recordé porque me conquistó Julen en tan solo un día, me hacía reír como nadie. Pero ya no. Ya no era suficiente reírme, necesitaba más.
Tras merendar nos fuimos a dar un paseo por el centro. A ratos íbamos de la mano, a ratos tan solo cerca, muy cerca. Tan cerca como estuve de Patrick a los pocos minutos de salir de la cafetería.
- Hola parejita, feliz año.
- Gracias igualmente –contestó cortante Julen.
- Gracias Patrick, igualmente, feliz año, ¿Qué tal estás? - pregunté sonriendo.
- Bueno mejor que vosotros seguro que no, pero no me puedo quejar, os dejo que tengo que ir a comprar unos regalos para la familia.
Fue una situación que no me esperaba vivir, la verdad que mi corazón tampoco, me lo demostró en cada latido. Pero tenía que disimular, cogí de la mano a Julen y seguimos paseando.
-¿Te apetece que vayamos a mi casa?
- ¡Qué vergüenza!
-Llevamos mucho tiempo juntos ya y aun no conoces a mi familia, además no se quien habrá en casa, si hay alguien te los presento y sino la casa para nosotros solos, ¿no te apetece? - dije en tono pícaro.
.....al llegar a casa....
-¡Hola! ¿Hay alguien? - pregunté gritando.
Julen estaba nervioso, muy nervioso, pensaba que por conocer a mi familia, lo que no sabía era que estaba nervioso por otro motivo que más tarde descubriría.
-¡Sí!- contestaron mi padre y mi hermana desde el salón.
ESTÁS LEYENDO
CASUALIDAD DEL DESTINO
Ficção AdolescenteMiriam es una adolescente que nunca ha viajado sola, y cuando lo hace por primera vez su vida da un giro de 180º. Nos cuenta en forma de diario todo lo que le sucedió desde ese día. Nadie sabe lo que puede ocurrir con las casualidades, con el destin...