CASUALIDAD DEL DESTINO

Nochebuena

24 de diciembre, empezaba la navidad, mi intuición no solía fallar y esta vez me decía que iban a ser unas navidades muy movidas y muy bonitas también, el día de Reyes iba a presentar a Julen a mi familia. 

Con él las cosas iban bien, no nos veíamos cada día pero hablábamos tanto que mi móvil parecía ya una parte de mí. 

Mi hermana y yo habíamos vuelto a ser las de siempre. Y Patrick... Patrick se alejó un poco de nosotras después de aquel día, de aquel último beso. 

Había ido todo normal, Julen y yo felices, Triana volviendo a sonreír, Patrick sin hablarnos... Pero ese día recibí un mensaje "A las 6 nos vemos en el banco de siempre, no faltes"

No sabía el porqué de ese mensaje, pero me armé de valor, respiré profundo y salí de casa.

Llegué al banco y Patrick ya estaba ahí. Nos dimos un abrazo y rápidamente me entregó una carta con un regalo pequeño.

- Papá Noel ya ha pasado por mi casa y te ha dejado esto, no sabía si dártelo pero creo que tenemos que acabar el año bien y bueno...he pensado que esta sería una buena forma -dijo con una sonrisa triste.

Pensaba que la carta iba a ser otra declaración suya de amor, pero no. El regalo fue una pulsera con nuestros nombres y en la carta se despedía de mí. Sí, me daba las gracias por todo lo que había hecho por él, por enseñarle a ser mejor persona y por enseñarle a querer. También me pedía perdón y me explicaba que por fin había entendido que lo nuestro no podía ser y por eso se había alejado de mí. En el momento que leí las dos últimas frases, una lágrima cayó por mi mejilla.

Nos volvimos a abrazar y cuando estábamos a punto de darnos un beso, escuchamos un ruido. Miramos en todas las direcciones pero no vimos nada.

¡Eran Julen y Triana! Mi hermana había visto a Patrick y se había esperado,  y Julen al ir a buscarme a casa nos había visto, en un intento de huida, se habían chocado y por eso escuchamos un ruido. Claro que no lo supimos hasta tiempo después.