"Él es imparable" - Lams (Hamilton)

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Una mañana cualquiera Laurens se encargaba de revisar su correo.

La mayoría eran cartas de sus familiares lejanos preguntándole como esta y deseándole suerte en la guerra que estaba a la vuelta de la esquina.

Y solo una que venía de una persona en especifico la guardó en su bolsillo pensando en esconderla luego y nunca leerla, la verdaderamente importante y llamativa entre el pequeño montón era una finamente decorada que venía de alguien que vivía en esa misma ciudad.

Una tía la cual amaba a John como si se tratara de su propio hijo, siempre lo consintió durante toda su vida y esta vez no era la excepción.

Era una carta explicando que estaba invitado a un baile de invierno y que podía traer con él a tres invitados extra, era su forma de darle un gusto antes de que tuviera que meterse en la guerra a luchar.

Laurens se llevó la carta al pecho y agradeció mentalmente a su querida tía, estaba ansioso por contarle a sus amigos, estaba seguro de que les haría muchísima ilusión.

Estaba camino a su escritorio dispuesto a escribir su respuesta a todas las cartas hasta que escuchó como tocaban su puerta fuertemente.

Al abrir casi se cae hacia atras al sentir como su novio saltó a abrazarlo y por poco se caen los dos.

- ¿¿Alexander?? - Lo sostuvo en sus brazos cargándolo y sonrió al ver como el menor reía de la emoción y sus ojos tenían un brillo vivo de alegría pura. - ¿Qué pasó? -

Alex se llevó una mano a la cintura y con la otra alzó una pluma sacudiendola. - ¡¡Adivina quien es la mano derecha de George Washington ahora!! - Exclamó canturreando de forma infantil.

- ¡¡Eso es maravilloso, bebé!! - Lo felicitó compartiendo su emoción, ambos se besaron con felicidad. - Yo tambien tengo buenas noticias -

- ¿Qué es? -

- ¡Me acaban de invitar a un baile y voy a llevar a Mulligan, a Lafayette y a ti, mi amor! - Unieron frentes cariñosamente.

- ¿Un baile? Nunca eh ido a uno - Declaró con clara curiosidad.

- No es la gran cosa realmente.. pero es lindo - Explicó bajándolo. - Son un montón de personas de alta clase en un salón lleno de lujos bailando, comiendo y charlando, nada increible -

- Aun así quiero ir -

- Y aun así los voy a llevar, será una manera bonita de distraernos de la guerra por un momento -

- ¿Tengo que vestir como los de la clase alta? Sabes que no tengo mucho dinero -

- Yo te ayudaré con eso, corazón - Acarició su mejilla.

- Gracias, John - Sonrió con ilusión.

Nada como un baile para despejarse, sería el sol antes de la tormenta, sin lugar a dudas todo sería felicidad el tiempo que pasen en ese salón.

Continuara...