"Él es imparable" - Lams (Hamilton)

27. Reúnete conmigo adentro

Finalmente la tan esperada guerra por la independencia llegó y nuestros protagonistas se encontraban en el punto de encuentro.

No obstante, hubo un pequeño incidente.

El duelo entre John Laurens y Charles Lee.

Mientras que Burr y Washington ayudaban a Lee a llegar con un doctor, la pareja corrió a esconderse como un par de niños que cometieron una travesura.

- ¡Le diste en el costado! - Chilló Alexander.

- No fue nada realmente... - Comentó modesto, giraba el arma en su dedo indice con una sonrisa orgullosa.

Tomó el rostro de su amado entre sus manos y rozaron frentes en forma de mimo. - Mi soldado galleta.. - John sonrió sonrojado.

- Hamilton - Aquí viene el general.

Ambos se separaron disimulando.

- Señor -

- Reúnete conmigo adentro -

(...)

- Hijo -

- No me llame hijo -

- Esta guerra ya es lo suficientemente difícil sin luchas internas -

- Lee lo desafió, nosotros lo confrontamos por sus mentiras -

- No resolviste nada, hiciste enfurecer a nuestros aliados del sur -

- Tiene toda la razón, bebe galleta debió dispararle en la boca, eso lo hubiera hecho callar -

- ¿"Bebé galleta"? -

Alex abrió los ojos como platos, cayendo en cuenta de lo que dijo. - ¡¡J-JOHN! ¡John debió dispararle en la boca! - Desvió los ojos intentando disimular.

El mayor se le quedó mirando un momento, de inmediato sacudió la cabeza volviendo al tema. - Hijo -

- No soy su hijo -

- Cuida tus palabras, no soy una doncella que necesita que la defiendan, soy un adulto -

- Charles Lee, Thomas Conway, esos hombres toman su nombre y lo arrastran por el lodo -

- Mi nombre a pasado por muchas cosas, lo soportaré -

- ¡Bien! Yo no tengo su nombre, no tengo sus títulos, ni tengo sus tierras, ni su reputación - Entrelazó sus manos a modo de suplica. - Pero si usted.. -

- No -

- Si me diera el mando de un batallón, un grupo de hombres a los cuales dirigir, podría elevarme mas allá de mi posición social despues de la guerra - Recurrió a la técnica de ojitos de cachorro.

- ¡O podrías morir! ¡Y te necesitamos vivo! -

- Estoy mas que dispuesto a morir - Soltó con naturalidad alzando los hombros.

- Tu país te necesita vivo, hijo, yo te necesito vivo -

(...)

Del otro lado de la puerta se encontraban Laurens, Mulligan y Lafayette intentando escuchar la conversación.

- ¡¡LLÁMAME HIJO UNA VEZ MAS!! - Se apartaron de la puerta de un salto, no se esperaban ese grito.

Todo se mantuvo en un silencio demasiado largo, cuando se quisieron dar cuenta Alexander salió de la sala con un puchero de niño regañado.

- ¿Alex? ¿Qué pasó? - Consultó Hercules.

Seguido de él salió el comandante Washington.

- ¿Con quien de ustedes tres vive Hamilton? - Consultó.

- Conmigo, Señor - Atendió Laurens.

- Llevate a Alexander a casa y vuelve para continuar al servicio -

Los tres lo miraron sorprendidos ¿Alexander a casa?

Voltearon a ver a su amigo quien estaba de brazos cruzados cabizbajo.

Continuara...