23. Correo Peligroso

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- Buenos días, Bebé galleta - Saludó Alexander a su novio, colocándose ensima de él en la cama.

- Mmh... ¿"Bebé galleta"? - Cuestionó despertándose.

- Tu cara se parece a una galleta, por eso - Explicó plantando pequeños besos en sus pecas.

El mayor no pudo evitar reír suavemente, tomó el rostro de su amado entre sus mano y le acaricio la mejilla con el pulgar. - Buenos días, mi querido niño... - Alex sonrió sonrojado.

- Me alegra poder despertar contigo... -

- A mi me alegra despertar y que seas lo primero que vea en mi cama, chiquito... -

El menor rió y abrazó a su novio recostando la cara en su pecho. - Que cariñoso, Laurens -

- Lo dices como si tu no fueras igual - Plantó un beso en su frente.

- ¿Vamos a ver como estan Laff y Herc? - Se levantó sentándose ensima de él.

- Claro... pero primero hay que vestirnos, desayunar y revisar el correo... - Levantó su torso.

- Esta bien... - Empezó a levantarse de la cama. - ¡Ah! - Chilló cuando el pecoso lo abrazo recostándolo nuevamente. - ¡John! - Exclamó risueño sintiendo como el mayor besaba su cuello haciéndole cosquillas.

(...)

- Dudo que mi padre me escribiera, en su ultima carta dijo que no quería distraerme de mis obligaciones como soldado ahora que se viene la guerra - Explicaba el de rulos con su bebida mañanera en mano.

- Eso explicaría porque ya no hay tantas cartas como otras veces... - Observó Alexander arrodillado delante de la ranura de la puerta.

- ¿Algo fuera de lo común? - Consultó.

- ...¿Quien es "Martha"? -

Laurens escupió su bebida.

- ¿Quien es? - Lo miró curioso.

- ¡Nadie importante! - Le arrebató la carta.

- ¡Hey! ¿Qué pasa? -

- N-nada, estas cartas las leo en privado -

- ...John, eso suena raro -

- ¡Agh, lo se! Solo... - La guardó en su bolsillo. - No le des importancia -

- ¿Por qué la escondes si no es importante? ¿Me estas ocultando algo? - Lo miró extrañado.

- ¡No! -

- ¡John Laurens, no me mientas! - Se levantó algo molesto, aunque su altura no lo hacía muy intimidante. - ¡Puedo ver que me mientes! ¿Y sabes por qué? Porque cuando mientes desvias los ojos -

- Eso no es cierto - Declaró desviando los ojos.

- ¿Quien es Martha? ¿Tu madre? -

- ¡No! -

- ¿Tu hermana, tu tía, tu prima, tu amiga, tu socia, tu pariente? -

- ¡¡ES MI ESPOSA!! -

- ... Qué? -

Continuara...

¿Te imaginas que ahora entro en hiatus?

"Él es imparable" - Lams (Hamilton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora