11. Cobijo

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John despertó de un salto escuchando como azotaban su puerta, quien sería a esta hora?

Abriéndola con cansancio en un segundo sintió como su amado lo abrazaba con desespero. - ¿Alexander? -

- ¿P-puedo quedarme en tu casa esta noche..? - Murmuraba suplicante con su voz temblorosa y hasta diría que amenazaba con llorar.

- ¿Qué pasó? - Consultó cerrando la puerta detrás de ellos para luego corresponder el abrazo traspasando sus dedos suavemente por su largo cabello.

- Es-es que no puedo dormir... y-y veo cosas.. p-pesadilla, un recuerdo horrible.. y-y veo personas... y... me da cosa molestar a Lafayette a esta hora... y... y mi pecho se siente raro... y.. y... - Confesaba con clara angustia y terror mientras miraba a todos lados con temor a volver a ver gente.

- ¡Hey, hey! Tranquilo, solo fue una pesadilla... ahora estoy aquí... - Intentó calmarlo acariciando su rostro.

- Perdóname, tampoco quería molestarte a ti.. pero necesitaba a alguien y de inmediato pensé en ti... -

- Oow calma, puedes dormir conmigo.. relajate... - Plantó un beso reconfortante en su frente.

(...)

- Lexi, no hay nada que temer.. - Le explicaba suavemente una vez se encontraban los dos en la cama.

El menor tenía la vista clavada en la ventana, para su desgracia, el clima amenazaba con empezar a llover.

- La noche es igual que el dia, solo que ahora esta oscuro - Intentaba calmarlo cuando este solo se escondía en la cama al punto de que la manta llego hasta su nariz.

- ¿Puedo abrazarte...? - Consultó tímidamente mirándolo con clara desesperación y miedo en sus ojos.

Era increible para él, el gran Alexander Hamilton, imparable, valiente, guerrero... temblando de miedo por la oscuridad de la noche y una simple pesadilla.

- Claro que puedes... - Acarició su cabello con su dedo indice, inmediatamente el menor saltó a sus brazos y ocultó su rostro asustado en su pecho.

Su respiración se entrecortaba y su cuerpo temblaba sin que él fuera capaz de controlarlo. - Laurens... -

- Shh tranquilo.. - Se recostó con el pelinegro en su pecho, acariciando su espalda con una mano y peinando su pelo con la otra. - Yo estoy aquí, Alexander... y no voy a ir a ningún lado... -

- J-john.. -

- Shh.. Shhh... yo estoy aquí.. yo te cuido, Lexi... -

Se mantuvieron así por un momento, hasta que Alex consiguió calmarse un poco.

El pecoso plantó un beso en su frente. - Intenta dormir, bebé... -

- No me dejes.. - Suplicó en un murmuro bien bajito.

- No lo haré nunca, es una promesa... - Pasó delicadamente su mano sobre su cara obligándolo indirectamente a cerrar los ojos. - Ahora descansa... -

- Mnh... - Suspiró Alexander con los párpados caídos, relajandose un poco.

Continuara...

"Él es imparable" - Lams (Hamilton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora