AGNES(SERIE:FEMME FATALE #2)

CAPÍTULO V

En esta cuarentena no tengo nada que hacer más que escribir :c. Me gustaría leer sus comentarios. Honestamente, escribo porque me gustaría saber que piensan de los personajes, la trama y todo lo demás. Me entretiene y emociona leer sus opiniones♡♡♡♡.

¡Seguimos!.

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La casa de Cristoph le pareció horrible. Podía ver la humedad consumiendo las paredes y erosionando la pintura y las cercas estaban oxidadas.
Pero absolutamente nada de lo que veía le causó tanta atrocidad y ofensa imperdonable, como su jardín.

—¿Qué clase de crimen atroz es este?— dijo viendo horrorizada mas flores comidas por los insectos y ocultas entre las enredaderas.

Ella estaba ahí para entrar a la casa de Cristoph y averiguar un poco más del hombre que no le había dado buena espina. Ya veía porque le causaba tanto desagrado, hasta los hombres más miserables que había conocido tenían jardines aceptables. Se dijo que aunque en esa ocasión estuviese allí para espiarlo, a la próxima se escabulliría para arreglar su jardín.

La casa no medía más de siete metros, sólo tenía dos pisos y las ventanas de la planta baja estaban tan destartaladas que no le supuso un gran trabajo abrirla aunque chirrió un poco en el proceso. Entró con cautela y caminó de puntillas. Según lo que había averiguado,Cristoph no tenía más de tres criados.

Aparentemente ese hombre no suponía una amenaza. Pero eso era lo que le resultaba más sospechoso a Jasmine; su exagerada apariencia de vagabundo.
¿Cómo un burgués pordiosero había terminado siendo amigo de un vizconde asocial?.

La gota que había derramado el vaso de sus sospechas había sido el día de la presentación de la ópera cómica que ella había escrito. No acostumbraba a ver las interpretaciones de sus obras pero ese día quería gozar de como la nobleza se reía de una obra que los dejaba en ridículo entre metáforas que sólo los más instruidos y experimentados podían descifrar.

No se sorprendió al verlo allí, pues cualquiera asistiría a esa obra, incluso fingió no conocerlo. Lo que le dejó un mal sabor de boca fue ver su sonrisa socarrona al verla.

Sentía que podía desnudarla con la mirada y exponer quien realmente era. Sentía que Cristoph podía ver que ella no era la inocente y educada dama de las que todos hablaban y adulaban, y eso, le generó un malestar y un insomnio terrible.

No se quedaría tranquila hasta averiguar quién era realmente.
Miró a su alrededor pero estaba tan oscuro que no podía ver con certeza si alguien se encontraba en la habitación.

Era un dormitorio que a cualquier persona le hubiesen causado terror. Menos a Jasmine que amaba lo tétrico. Habían artefactos de todos los lugares del mundo. Tambores, colmillos de elefantes, la cabeza de una jirafa disecada y unos recipientes de vidrio con ramas y una serpiente dentro una , fue lo que alcanzó a ver con nitidez.

Su favorito de todas aquellas extrañas pertenencias, había sido la maceta de calavera que contenía unas hermosas violetas mientras pequeños capullos le salían por los ojos.

Caminó embelesada hacia las flores para poder admirarlas mejor. Se detuvo al escuchar un fósforo encendiéndose y luego el arma de un seguro quitándose.

—Pero qué tenemos aquí— la voz burlona de Cristoph hizo que el lugar le pareciera más macabro de lo que ya resultaba—. Voltéese— le ordenó.
Jasmine maldijo por lo bajo. Su cara estaba completamente tapada pero lo más seguro era que le pidiera que se la quitara.

Se volteó lentamente. El hombre había encendido una vela para verla mejor. Sólo tenía un pantalón de algodón. Jasmine le echó un vistazo a cuerpo completo sin ningún disimulo y alzó las cejas. No estaba nada mal.