Le veía tras las barra, supuse que estaría limpiando los trastes, se envía fan pacífico.
Se notaba que estaba abriendo el local.
—¿Te vas? ¿Vegetta y nuestra boda? ¡Estás loco! —exclamo Willy siguiéndome a la estación.
—¿Eres necio? ¡Esta claro que te gusta Fargan! ¿Por qué vienes a comerme la oreja con tus tonterías? ¡Ni tu, ni yo queríamos esa boda! —exclamé.
No me lo pensé cuando subí a ese tren, no me lo pensé en ningún momento.
—¡Fargan, dime dónde está! —exclamé.
—¡Vegetta yo no...!
Me costó sonsacarle, pero al final cedió.
—Al menos dile que no me mate, que tenga clamencia.
Y cuando baje, mis piernas temblaban, estaba emocionado, hacia años que no me sentía así de nuevo, y aunque llegaba a asustar, me encantaba volver a sentirlo.
Estaba ahí, tan concentrado en su trabajo.
Camine asta la barra, me aclare la garganta —. ¿Me pones una cerveza?
Este se quedó estático, subió su mirada verdosa asta mi, al verme sus ojos se agrandaron y se puso recto.
—Vegetta... —susurro impresionado —. ¿Q... Qué haces aquí? ¿Fargan te trajo para hacer la despedida de soltero o...? —dijo mirando a mis espaldas.
Negué con la cabeza —. No e venido por eso —asegure.
—¿Entonces a qué vienes? —pregunto confundió.
—A por ti, Doblas.
Sonrió negando con la cabeza —. ¿Qué dices Vegetta? ¿Cómo has llegado aquí?
—Fargan me contó donde vivías y dónde se situaba el local, por cierto a dicho que tengas clemencia —dije, me miró molesto —. Y si Doblas, e venido a por ti, ahora lo entiendo todo y... Me gustaría...
—No te entiendo, ¿Por qué me haces esto? —susurro cansado —. Vine a aquí para olvidarte y apareces aquí, yo no te entiendo, ¡Te vas a casar Vegetta!
—¡No! ¡La cancele! ¡No quiero seguir algo que no quiero! ¡Rubius yo te... te quiero mon ciel.
Su mirada, su pequeña sonrisa, todo de él se mostraba esperanzado.
—¿Cancelaste la boda? —pregunto con una sonrisa.
Sonreí asintiendo.
—¿Enserio? —volvió a preguntar.
—¡Si idota! ¿¡Acaso eres sordo!? —exclamé.
Este me sonrió, paso la barra de un salto y corrió asta a mi, me levanto y me sonrió como si fuera un niño.
—No sabes qué tan jodidamente feliz me estás haciendo con esas simples palabras —dijo con voz ronca una vez me bajo, y regulo su emoción dijo —: ¿Has venido desde Karmaland asta aquí solo para recuperarme?
—No, fíjate que e venido a pillar el pan, y como pasaba por aquí dije, “¿Por qué no?”
Me sonrió, dejando ver sus oyuelos.
—Idiota —exclamo.
—Con orgullo.
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Sσℓσ ∂єѕєσ ¢αяиαℓ. яυвєgєттα.
FanficTodo iba bien, asta que la cague, asta que me enamoré. Sin siquiera darme cuenta Vegetta me tenia enganchado en sus redes, digamos que era demasiado bueno en lo que hacia y hacia conmigo lo que quería. -¡Dejalo! ¡En el fondo me quieres a mi! ¡No a...