.Extra 3. Bailame.

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Vegetta lo había hecho, Vegetta se había casado, me había dejado aún después de las miles de palabras que le regalé desde mi corazón, había optado por lo que no quería pero que según él, debía.

Fargan volvió, lleno de lágrimas, el dolor de veía en su mirada, pero entre lágrimas me sonrió.

—¡Se a casado! —exclamo con una sonrisa, pero su voz temblaba —. ¡Vegetta dudo si igual que Willy, pero se a casado!

Y con un gran nudo en mi garganta le abrace dándole consuelo.

—No pasa nada, no nos merecían.

Nos costó reconponernos, pero lo conseguimos, entre lágrimas, gritos y susurros nos levantamos y después de siete meses volvimos a Karmaland con la cabeza en alto y lleno de dinero y orgullo, por qué sorprendentemente nuestra taberna en la otra ciudad había dado beneficios realmente elevados.

—¡Rubius! —grito alguien a mis espaldas, me gire.

Abrí la boca sorprendido, este estaba con una sonrisa colgado en el tubo boca a bajo.

En esos siete meses hablaba con Alex, este me animaba, me hablaba, y sorprendentemente me hacia feliz estar cerca de él.

Sonreí dando otra calada.

—¡Sorpresa! —exclamo bajando del tubo, me sonrió —. Me dijiste que desearías verme bailar alguna vez ¿No? Observa, este baile es privado —dijo con una sonrisa subiéndose de nuevo al tubo sujetándose con los pies y contando sus manos —. Solo para ti Rubias.

Sonreí.

—El enano saca sus garras —comente apoyando mis brazos en el escenario, este me sonrió bajando del tubo y caminando asta a mi, se acuclillo y con su dedo índice me levanto el mentón.

—Siempre las tube sacadas, solo que ahora te das cuenta por qué te he arañado el corazón —dijo con una sonrisa quitándome el cigarro de la boca, se levantó y lo lanzó al suelo, seguido de pisarlo —. Aquí no se fuma.

Sσℓσ ∂єѕєσ ¢αяиαℓ. яυвєgєттα.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora