Camino asta verle sentado en un banco, al verme me observa con una sonrisa ladeada.
—Doblas —salude quedándome de pie enfrente de él, me sonrió.
—De Luque.
Un pequeño silencio se hizo entre nosotros.
—¿De Luque, no piensas sentarte junto a mi? —pregunto dando unas palmadas al banco.
—No, estoy bien así, ¿Dime Doblas, que quieres, para que me has hecho venir? —pregunte cruzandome de brazlos, este sonrió.
—¿No te sientas por que te pongo nervioso? —pregunto ignorando mi pregunta.
Sonreí.
—Oh Mon ciel¹, creo que es al contrario —dije acercándome a el peligrosamente, este me sonrió.
—¿Seguro?
—Segurisimo —dije firme acercándome más a él, asta que nuestras narices rozaban —. Se te da muy bien ocultar el nerviosismo que te doy, realmente me sorprendes, que pasa si te...
Enmudecí cuando su mano paso por mi nuca y me beso.
No me resistí y me senté a horcajadas sobre él, metí las manos dentro de su camisa y le acaricie.
Entre besos sentía su sonrisa haciendo que sintiera también, me sentía tan agusto, me daba igual que nos viéran.
Este se separó y con una sonrisa dijo —: Oh De Luque, estás tan desesperado por mi como yo de ti, dime para qué hacerlo.ams difícil.
No entendía a lo que refería.
¿Se estaba confesando o algo así...?
—¿Cómo? —pregunte poniendo mis manos en sus hombros, este miro a otro lugar y luego sonrió con menos chispa.
—Nada, el alcohol que es muy malo —aseguro besando mi cuello, sonreí.
∆∆∆
—¡Mira toda esta pasta! —exclamo Alex contando los gajos de billetes, sonreí.
—No exageres, podemos ganar más el martes.
—¡Soso! —exclamo enseñándome la lengua, rodé los ojos —. Por cierto Vegetta, debes de tener más cuidado con tu amante, Willy os podría ver si os dedicáis a besaros enfrente del Casino donde él estaba.
Sonreí.
—Willy no se entera ni aunque me ponga enfrente de él, pero supongo que cogeré tu consejo Alex.
Este me sonrió.
—Rubius eh, buena caza, llevo intentando tirarmelo meses, pero él idiota no quiere, una pena.
Una punzadas de enfado entro en mi cuerpo.
—Me alegro mucho, espero que tengas suerte —dije de manera arisca, este me miró sorprendido, y al igual que él, yo estaba más sorprendido.
¿Por qué te afecta tanto Vegetta? ¡Idiota!
—¿Celoso? —pregunto.
Sonreí —. ¡Ja! ¡Una mierda!
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Sσℓσ ∂єѕєσ ¢αяиαℓ. яυвєgєттα.
Fiksi PenggemarTodo iba bien, asta que la cague, asta que me enamoré. Sin siquiera darme cuenta Vegetta me tenia enganchado en sus redes, digamos que era demasiado bueno en lo que hacia y hacia conmigo lo que quería. -¡Dejalo! ¡En el fondo me quieres a mi! ¡No a...