Alicia VS Raquel. Duelo de polis [Terminada]

Capítulo 7

Aún es de día. No me quiero imaginar cómo será la noche. No podré dormir en esta posición. Esto es un método de tortura y no está permitido. Pero Alicia se salta todos los protocolos. Con tal de conseguir su objetivo, hace lo que sea. Y ahora lo vuelve a hacer.

La puerta se abre. Me traen comida y agua en una bandeja. La coloca encima de la mesa.

-Por favor, desátame para poder comer. Te juro que no voy a escaparme.

-Tengo ordenes de no soltarte.

-¿Y entonces cómo voy a comer?

-Ahora vendrá alguien.

Se va dejándome con más malestar que antes. ¿Por qué simplemente no me dejan comer por mis propios medios?

-Raquel

Me he perdido en mis pensamientos y no he escuchado la puerta abrirse de nuevo. Pero no, él no por favor. Es la persona que menos ganas tengo de ver. Y la última que pensaría que vendría ahora mismo.

-Me han pedido que te vigile un poco y te ayude a comer. ¿Qué pasa, que desde que no estás conmigo se te ha olvidado hasta comer sola?

-¡No me toques los cojones, Alberto!

Alberto coge el plato y se acerca a mí lentamente. No sé si esto es un complot entre Alicia y Alberto para desestabilizarme.

-Abre la boca, Raquel-me dice tratándome como a una niña.

A regañadientes hago lo que me pide y él acerca la cuchara. Pero al último momento tira el contenido al suelo.

-Vaya, se ha caído. Probemos otra vez.

Vuelve otra vez a la carga. Esta vez llega a mi cara, pero me lo tira por encima. El contenido resbala por la barbilla y el cuello sin que lo haya probado.

-No sabes ni comer, Raquel. Muy mal.

Me guardo lo que le contestaría en otras circunstancias. Las lágrimas están retenidas en mi garganta.

-Hagamos una cosa, yo me lo como y te lo voy dando directamente. A la boca. Como antes.

Se mete un fideo en la boca y se acerca a mí. Así pretende que coma. Desde su boca. Pues lo lleva claro. Me pide que abra la boca. Mas yo la mantengo cerrada a cal y canto. No me pueden dejar sin comer eternamente, ¿verdad?