Capítulo 35

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-Quieren que deje el caso. Me relegan del puesto. Que asuma yo toda la culpa. Como si ellos no hubiesen tenido nada que ver. Yo sólo seguía órdenes. Ya sabes cómo va esto, Raquel. Me podían expedientar si no cumplía sus mandatos. ¿Y ahora soy yo la que voy a pringar?

-Bienvenida a este mundo de hombres en el que si no tienes cojones no te toman en serio. ¿Y ahora qué vas a hacer?

-Se la voy a devolver. Una a una lo que me han hecho. Esto no se le hace a Alicia Sierra. Y sigue en pie mi oferta: irnos juntas lejos, donde nadie nos conozca y no nos persigan.

-O podrías venirte conmigo y hacer justicia. Hay muchas maneras de hacer justicia.

-¿Robando al pueblo?

-No robamos al pueblo. Robamos a los ricos para dárselo al pueblo, que es bien distinto.

-Necesito pensar.

Me levanto de la silla y me pongo a dar vueltas por el lugar. Bien pensado lo que ha hecho Raquel no es tan descabellado como me parecía al principio. Pero mi dignidad se desmoronaría. No podría ir con la cabeza alta, orgullosa de poder decir que yo atrapé al Profesor y acabé con la banda de los Dalís. Que acabé con la Resistencia. Porque a mí no se me resiste ni Dios. Pero lo haría por Raquel. Por ella me saltaría todos mis principios y lo dejaría todo por empezar una nueva vida. ¿Qué hacer en estos momentos? No tengo ni idea.

Vuelvo a mirar a Raquel y lanzo un pesado suspiro. Abro la puerta de plástico y salgo.

-Alicia, tienes que ir a declarar-me dice Tamayo.

Salgo de esa carpa sin decir ni una palabra, sin despedirme de nadie. Sé que no voy a volver a este lugar y muy probablemente tampoco vuelva al Cuerpo. Esto significa mi final en el cuerpo de policía. Adiós definitivo a mi carrera de agente.

Me dirijo al lugar donde tengo que dar mi particular rueda de prensa asumiéndolo todo. Al llegar veo el lugar está lleno de periodistas. Me sitúo frente al atril y voy respondiendo una a una a las preguntas que me hacen. Con la verdad. Con la absoluta y certera verdad. Salgo con una sonrisa de satisfacción. Puede que me hayan jodido a mí, pero también les he jodido a ellos.

Me monto en el coche y le digo al chofer que me lleve a mi casa. Esa casa que hace 2 meses que no piso. Desde que Germán se fue al hospital y yo me fui con él. El día que empeoró y tuvo que ser ingresado, fue la última vez que pisé esa casa. Y ahora vuelvo a ella. Al entrar veo a mi gato tumbado en el sillón.

-Hola Comisario, ¿me echabas de menos?-le saludo al acercarme a él.

Me siento en el sillón frente a él mientras mi mente da vueltas a las posibilidades que tengo. Que tampoco es que me queden muchas.

-¿Qué debería hacer, Comisario? Sabes que no soy de las que dudan, pero ahora mismo no tengo nada claro. Le echo tanto de menos...-una lagrima resbala por mi mejilla y la dejo libre-Sé que tú también. Él me hubiese apoyado con esto. ¿Pero sabes qué? Nos vamos a ir de vacaciones. Ya es hora de seguir mis propios instintos. Total ya no tengo que rendir cuentas frente a nadie.

Cojo el móvil y hago las gestiones necesarias. Parece que mi vida va a dar un giro de 180 grados. Pero tal vez es lo que necesite para volver a sentirme viva. Quizá Raquel no estuviera tan desencaminada.

El timbre de mi piso suena. Cojo a mi gato y lo meto en el transportín. Abro la puerta y lo entrego al chico que está en el umbral.

-Volveré a por ti, Comisario-digo mientras firmo el papel que me tiende.

Al cerrar la puerta me quedo apoyada contra ella un momento. Ya no tengo nada que perder. Ya es momento de empezar de cero. O terminar esta partida de ajedrez. Porque soy muy buena jugando.

Me dirijo al baño, me quito la goma del pelo dejando mi pelo suelto. ¿Así era como me quería ver? ¡Ah no! Que también dijo con gafas. Busco en el armario del baño las toallitas desmaquillantes y me empiezo a quitar el maquillaje. Y sus gafas. Lo único que no pude tirar de él. Eran su toque personal. Me miro al espejo y sonrío. Ahora tengo que camuflarme entre la gente. Voy a nuestro dormitorio y abro el armario. Su gabardina. La quito de la percha y me la llevo contra mi pecho, oliéndola. Aún huele a él. Esto me va a dar fuerzas. Me la coloco por encima. Lista para salir a cazar. Y sé a por quién voy a ir primero.

Este es el final de la historia, pero tranquilos no os dejaré con la duda. Me planteo hacer un epílogo contando lo que pasó a continuación. Espero que lo disfrutéis y que os haya gustado la historia. No os olvidéis de votar y, si queréis, comentad lo que queráis. Gracias por leerme.

Alicia VS Raquel. Duelo de polis [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora