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La mirada que me regalaron a continuación ya la conocía muy bien.

Sentí a mi cuerpo perder fuerza, mis músculos se relajaron, como si mi cuerpo se deprimiera.

Tome la libreta de sus manos para anotar algo de nuevo. Ellos me observaban atentos.

"Es eso, ¿No?" Era legible sobre el papel.

El doctor me miro con una extraña expresión en los ojos. Diferente a la que me habían regalado tiempo atrás.

- Lo siento, sabemos quien eres - algo en mi cabeza hizo clic en aquel momento, no me sentía en peligro pero aun así me puse en alerta -. Conocemos el historial clínico de tu familia para ser exactos - le hizo una seña a la enfermera y esta le pasó una libreta que colgaba de un pequeño gancho situado por el borde de la camilla -. Rodhig, ________ Elizabeth. Tu hermana, Rodhig Amedra falleció el 18 de junio del año pasado, ¿verdad? - no tenia expresión alguna en su rostro, tal vez ese era su trabajo y para el la muerte era algo común, pero un poco de empatía no vendría mal.

Baje la cabeza y cerré los ojos, trate de recordar algún momento junto a mi hermana, pero dentro de mi mente solo había un gran agujero negro. Muy difícilmente podía recodar su rostro.

Mire nuevamente al canoso hombre frente a mi y asentí, sin dolor o pena, sin ninguna expresión en el rostro, tal como él; quien, por cierto, cerro levemente los ojos con rechazo ante mi reacción.

Entendible, no todos los días vez a un niña de 11 años siendo ajena a la pérdida de una vida, pero, que puedo decir, "no se extraña lo que no se conoce" o, en mi caso, lo que no se recuerda.

-Tu no has recuperado la memoria aún, ¿no es cierto? - negué con tranquilidad. El asintió anotando algo en mi expediente medico y luego simplemente se puso de pie para dirigirse a la salida -. Lo lamento, esperemos que dentro de algún tiempo puedas hablar. Mientras tanto, descansa, nos aseguraremos de que recibas el tratamiento adecuado - y sin mas, salio de la blanquecina habitación con la joven enfermera tras de sí.

Me recosté bruscamente sobre la pared, ignorado todo sentimiento de dolor, y observe el techo de aquel lugar como si fuera la séptima maravilla del mundo, mientras mi mente vagaba entre los miles de pensamientos y sentimientos que se asociaban con mi futuro.

¿Que va a pasar conmigo ahora?

Era otra pregunta que no podía responder.

***

Tic Toc. Tic Toc. Tic Toc.

Repetía en mi mente el único sonido presente entre las 4 paredes, era tal vez de día, tal vez de noche. No lo se, no había abierto los ojos desde que el doctor se fue. En algún momento caí dormida y luego sólo recupere la consciencia sin ánimos de moverme de la posición en la que estaba. Semi sentada, con los brazos a ambos costados del cuerpo, los ojos cerrados y las piernas tapadas.

No encontraba manera de recordar que habia pasado, como había llegado ahi.

Mierda.

Me levanté bruscamente de mi lugar. Aún estaba débil y adolorida, pero quería levantarme. Volví a intentar mover las piernas, pero no obtuve ninguna respuesta de ellas.

Mierda, mierda y más mierda.

La frustración lleno mi cuerpo y, sin pensar, golpee ambas piernas con mis manos.

Se supone que ustedes me obedecen, pedazos de carne inservibles.

Las zonas donde mis manos habían impactado con violencia sobre mis piernas se tornó rápidamente roja, para luego volverse algo blanquecina alrededor.

No dolía y eso me frustrada aún más. Sin olvidar el hecho de que mis piernas estaban demasiado flacas, casi sin carne, como el resto de mi cuerpo.

Me siento anoréxica, como si el vacío en mi estómago fuera mejor que la comida en el mismo.

Cerré los ojos ante mis asquerosos pensamientos.

Escuche pasos a lo lejos, sutiles y delicados. Me tape rápidamente y volví a recostarme, fingiendo estar dormida.

Segunda Oportunidad. (Fred Weasley Y Tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora