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No me sentí orgullosa de pasar frente a los gemelos para dirigirme a mi nueva casa.

***

Aplausos, palabras de felicitacion, apretones de manos y palamadas en los hombros. Sonrisas de emoción, desaprobación, asco, desconfianza y genuina alegría. La mesa de Slytherin era un libro abierto de solo 2 páginas, con escritos opuestos en ambas.

No me senté al frente junto a los ingresantes, no respondí con palabras verbales a ninguna de las acciones ajenas y tampoco levante la cabeza.

-¿Eres la hija de Richard Rodhig? -

-¿Cuál es el nombre de tu madre? -

-¿Qué ha pasado con tu hermana Amedra? -

-¿Por qué los Rodhig dejaron el Ministerio de Magia? -

No podía responder, no sabía absolutamente nada. Los de años superiores solo me atosigaban con preguntas. Sabían quienes eran mis padres, mi hermana. Conocían a mi familia. Sabían mas de ellos de lo que yo jamás supe.

Espera.

.
.
.

Eso es.

-¿Planeas ser la princesa de Slytherin también? - fue una voz gruesa cerca de mi oído derecho.

Levante la mirada encontrándome con un par de brillantes y curiosos ojos miel.

- Lo siento, no se de que me hablas - la sonrisa mas real y grande que podía formular fue mi mejor estrategia.

El sonrió también, aunque había sorpresa en sus ojos.

-¿Tiene que ver con lo que dijo el sombrero? - otra vez a mis espaldas, esta vez femenina.

Me gire hacia ella.

-¿Disculpa? - podía sonar amable cuando quería.

-Si si, cuando dijo "¿A dónde han ido tus recuerdos?" - esta vez, la voz parecía congestionada y estaba al frente mio.

-Ah - suspire con falsa tristeza y frustración -. Mis recuerdos han sido arrebatados - hice una pequeña pausa dramática en lo que las personas a mi alrededor susurraron y emitieron sonidos de sorpresa -. Al igual que mi familia - fue un leve susurro, uno cargado de cansancio y frustración, haciéndolo sonar doloroso.

-Por la barba de Merlín - una chica de cabellos castaños se llevó las manos a la boca, se podía apreciar la pena en su rostro.

Bien, sigamos así.

- Lo lamento, no puedo contestar sus preguntas. No es intencional - desvíe la mirada hacia el plato vacío frente a mi, casi cerrando los ojos.

-¿Quieres saber quién fue tu padre? Es alguien muy conocido entre los Slytherin's - otra voz hablo.

-¿En serio? - falsa emoción en mi voz.

Muchas cabezas asintieron.

Funcionó.

***

Me enteré de muchas cosas mientras los demás niños eran seleccionados. Eran leves susurros reveladores entre los gritos y comentarios del sombrero.

Resulta ser que mi padre fue un estudiante en Hogwarts, quedando en la casa Slytherin. Era un alumno respetado y con una mente dotada. Cuando estuvo en su segundo año, logró hacer que su casa ganará la Copa de las casas por sus muchos puntos extras.

Era todo un experto en Defensa Contra las Artes Oscuras y Vuelo, convirtiéndose más tarde en un miembro del Equipo de Quidditch. No pasó mucho antes de que se convirtiera también en el capitán.

Fue prefecto y alumno estrella. Jamás sufrió un castigo y era reconocido por su gran presencia en todos lados y en todos sus actos. Se lo conoció como "El príncipe de Slytherin", robandole el puesto a su mejor amigo, Lucius Malfoy.

Se graduó de Hogwarts sin inconvenientes, consiguiendo entrar rápidamente al Ministerio de Magia como Auror. Se corrió la noticia de que se había casado, pero nadie jamás supo el nombre de su esposa, pues se sabía que tenía una prometida por un matrimonio arreglado, pero muchos afirmaban que no aceptó el arreglo y huyó con la persona que amaba.

Antes de poder preguntarle, Richard Rodhig, desapareció.

Algunos lo tomaron por muerto en alguna misión, aunque el Ministerio lo haya desmentido en varias ocasiones. Otros especulaba que se había unido a Lord Voldemort y otros defendían que se había camuflado en el mundo muggle.

Años más tarde, una chica excepcional de apellido Rodhig apareció en Hogwarts. Igual que, quien se creía era su padre, ella quedo en Slytherin. Se convirtió en la Princesa de Slytherin en solo su 2do año. Era fría y calculadora, conocida por sus ácidas palabras sin filtros.

Una total experta en Posiones. Fue prefecta de su casa también, siguiendo con la racha de victorias de la Copa de las Casas que lograron mantener desde el antiguo legado Rodhig.

Todo estaba bien con ella, todos la amaban y tenía mucho amigos a pesar de su lengua tan afilada. Hasta que se enamoró de un Gryffindor.

Fue odiada, repudiada y maltratada, más nadie nunca pudo llegar a ver que algo de lo que decían o hacían en su contra le afectara.

Aquel Gryffindor tuvo una extraña muerte. Muchos sospechaban de ella, pues  nadie jamás la vio derramar una lágrima y, por más retorcido que suene, eso le devolvió su puesto en la cima de los Slytherin a la joven Rodhig. Sin embargo, ella jamás volvió a ser la misma. Incluso se creyó por un tiempo que había perdido la voz.  Se graduó sin inconvenientes también, pero luego de terminar su paso por Hogwarts, desapareció.

Nunca mas se supo nada de ningún Rodhig. Se habían borrado completamente del mapa.

"Nadie hubiera pensado que pudo tener una segunda hija".

No tuve tiempo realmente de procesar todos los secretos de mi familia, cuando la voz de Minerva logró llamar mi atención.

-Weasley, Fred - llamo al pelirrojo gemelo, quien camino decidido al taburete, con una sonrisa divertida en el rostro. Una que perdió cuando su mirada choco con la mía.

Escuchemos el veredicto.

*****

*Entra outro de HP*

Segunda Oportunidad. (Fred Weasley Y Tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora