Ahora la pregunta era ¿De dónde sacaría esos hechizos para poder practicarlos?
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Resulta que Lavanda era fan de estudiar cosas prohibidas, así que se unió al grupo de revoltosos que teníamos. Eramos los rebeldes perfectos porque amábamos romper reglas y ese es el requisito principal, pero lo que lo hacía interesante era que no tenía nada que perder. Podía arriesgar mi vida misma en alguna de mis travesuras y no importaría si salía mal. Ya no tenía nada y no estaba segura de que eso me afectara lo suficiente.
Sin embargo, a Lee parecía afectarle mucho. Si bien el Moreno no tenía problemas para comunicarse con los demás, le faltaba confianza. Se había vuelto todo un experto en ocultar sus pensamientos y cerrar la boca. Después de todo, lo habían lanzado al mundo muggle desde muy pequeño, obligándolo a ser alguien que no era frente al mundo para evitar ser juzgado. Para evitar ser como yo.
A pesar de no tener la mente al 100%, podía seguir diciendo que conocía a mi mejor amigo. Lee no estaba acostumbrado a hablar sin pensar, prefería mil veces callar antes de hacer un mal comentario o decir algo que pudiera afectar a la otra persona. Y aunque era más suelto conmigo, me estaba causando muchos conflictos verlo meditar tanto si estaba bien hacer sus comentarios sarcásticos frente a los gemelos y Lav o no. El chico muchas veces abría la boca emocionado para soltar algún comentario y luego callaba. Lo único que hacía sin problemas era contar anécdotas sobre nosotros de pequeños y, aunque no me molestara que me tuviera tan presente, me molestaba que dudara tanto en ser si mismo. Principalmente por el hecho de que no se estaba comunicando conmigo como antes por "miedo a dañarme con sus preguntas".
Por otro lado, mis memorias del pasado volvían con mucha frecuencia en esos días. Leer aquella pila de libros diariamente, junto con las clases y las anécdotas que Lee contaba a los gemelos estaban deshaciendo aquel hechizo con más rapidez de la que hubiera pensado. O eso era lo que yo creía.
***
La noche era fría y me encontraba una vez más en aquel sofá de la sala común frente al fuego de la chimenea. No pasaba mucho tiempo en mi habitación, ni siquiera cuando debía dormir. El insomnio parecía querer volverse mi mejor amigo porque no me abandonaba nisiquiera cuando las ojeras bajo mis ojos eran tan pronunciadas.
Mi cuerpo se sentía cansado y débil, había estado 2 semanas completas durmiendo solo algunas horas y comiendo pequeños bocados de vez en cuando en el día. Parecía estar al borde de la muerte y ni siquiera me importaba.
Mi curiosidad por aquellos secretos se había transformado en obsesión. Algo en mi interior me estaba exigiendo respuestas con tantas ganas que temia que fuera una advertencia a mi misma de que algo malo estaba por pasar.
Estaba tan metida en mis pensamientos mientras observaba el fuego bailar sobre si mismo que no noté cuando Fred se sentó a mi lado.
-Hey - llamó y mis ojos chocando con los suyos se sintió como una bofetada en el rostro. Eran tan azules, tan profundos, tan brillantes.
Siempre observaba a las personas a los ojos, aquellos orbes brillantes podían contar muchos secretos por si mismos. Los ojos siempre delataban algo que el dueño no quería. Era más fácil leer aquello que cualquier otra expresión corporal, ya que normalmente las personas no suelen mirar muchos los ojos por sentirse intimidados.
Y los ojos de los gemelos siempre me parecieron extraordinarios. No es como si ellos no fueran sinceros de por si, pero aquellos ojos eran tan puros, tan brillantes. Podía ver el cielo y galaxias enteras en ellos, los de George siempre estaban llenos de ansiedad, curiosad, bondad y alegría. Los de Fred eran un poco más profundos, principalmente cuando observaba a George, lo miraba con amor. Ese amor que solo notas en una madre hacia sus hijos. Brillaban tanto y tan fuerte que no podías evitar quedar atrapado en su mirada. Parecía ver colores en el mundo que nadie más podía, como si notara la escencia de todo, como si admirara hasta el más pequeño detalle del mundo. Había tanta curiosidad en ellos como en los de George, el mismo entusiasmo y sus actitudes compartían la misma pasión.
Siempre que los observaba sonreír, y ellos en verdad sonreían mucho, me preguntaba si hubiera sido igual que ellos de tener un destino diferente. Si hubiera crecido con una aburrida vida cotidiana. Me preguntaba si mis ojos también podrían brillar de aquella manera o si se volverían más opacos una vez que la verdad se me fuera revelada.
-Hey, _______, ¿me oyes? - Fred agito las manos frente a mi para ver si le estaba prestando atención.
-Lo siento, sí, te oigo. Estaba pensando demasiado - pestañe varias veces para finalmente bajar a tierra -, lo siento - repeti una vez más.
-Esta bien, no hace falta disculparte. Estos días has estado muy concentrada en tus estudios, Lee se ha preocupado mucho porque no duermes pero dice que es mejor dejarte hacer lo tuyo - confesó encogiéndose de hombros para restarle importancia mientras se acomodaba para observar el fuego.
-Oh - fue lo único que pude decir -. No quería preocuparlo pero supongo que es inevitable. Tratare de ser más consciente de mi salud - adverti, también mirando el fuego.
Note a penas como me observo de reojo por un segundo.
-Sabes, estudiar es importante y todo. Pero no creo que estudiar todo eso y finalmente descubrir los secretos te sirva de algo si tu salud se hace popó - sugirió con un puchero, aún mirando el fuego.
No pude evitar soltar una risita ante aquello.
-Tienes razón, pensaba en eso hace un momento - admiti.
-Que bueno, porque es domingo - advirtió. Lo mire inmediatamente porque sabía a dónde se dirigía esa conversación y en verdad estaba emocionandome - y tengo hambre - finalizó clavando su mirada en mi.
Sonreí como hacía días no podía, sonreí sintiendo aquella emoción creciente en mi pecho. Sonreí con todo el cuerpo, lista para comenzar esa aventura que se estaba convirtiendo en algo nuestro.
Y aquello en verdad me gustaba.
-Habrá que encontrar la cocina entonces - y su sonrisa cargada de complicidad logró alterar mis latidos.
***
Los expulsaban nOOO0000 QUIEN DIJO ESO
Bueno eso es todo nos leemos pronto chau chau.
*Entra outro de HP*
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Segunda Oportunidad. (Fred Weasley Y Tú).
Fanfic"Porque hay veces que usamos nuestras segundas oportunidades sin darnos cuenta". Adaptación de la célebre novela de JK Rowling. Prohibida su copia o adaptación.