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Me voltee a verlo. No conocía a ese hombre.

-¿Quién es? - pregunté a Tom -. Es muy alto...y peludo - arrugue la nariz hacia mi propio comentario.

-¿Te asusta? - Tom enarco una ceja.

-No, pero las personas altas normalmente no son de fiar - me encogí de hombros.

- Yo soy alto - advirtió Tom.

-Si pero me diste comida - acote.

El estalló en carcajadas.

-Tus prejuicios son raros - comentó chistoso.

-¿Por qué todos siempre dicen eso? - rode los ojos. El río encogiendose de hombros -. Bueno, ¿Podrías llevarme un jugo de calabaza allí? - apunte la mesa donde estaba el misterioso hombre de espaldas.

Me acerqué a él luego de que Tom asintiera en respuesta.

-Disculpe, ¿Usted pidió verme? - pregunté sentándome frente al enorme señor frente a mi.

-Ah si, ¿Tú eres la niña Rodhig? - pregunto levantando la mirada de su...¿caja?

-Si... - dije distraída. Levante la vista hacia el solo cuando senti su mirada clavada en mi persona por mucho tiempo. Estaba anonadado.

-Eres igual a ella - susurro casi inaudible.

¿Igual a quién?

No me atreví a preguntar en voz alta. Desvíe mi vista hacia el objeto entre sus manos.

-Ah, esto - observó su caja de nuevo -. No es nada importante, estoy llevando un encargo - sonrió algo nervioso.

La verdad es que su vida no era de mi incumbencia, así que extingui la creciente curiosidad en mi pecho.

-Esta bien, señor... - deje la frase en el aire.

-Hagrid, Rubeus Hagrid, es un placer - me tendió la mano a forma de saludo. La tome algo lento, por alguna razón, su nombre me sonaba conocido.

- El placer es mio - dije y le regalé una pequeña sonrisa. El me correspondió.

Se veía como un osito de peluche gigante. Me agradaba.

-Entonces - comencé, pero me vi interrumpida por el recipiente lleno de zumo de calabaza que apareció frente a mi.

-¿Quieres saber porque estoy aquí? - Rubeus formuló la pregunta por mi.

Asenti en respuesta mientras tomaba el jugo.

-La profesora McGonagall me envió en su lugar, se veía incapacitada de asistir por cuestiones de Hogwarts - admitió.

Profesora McGonagall.

-¿Ella enseña allí? - enarque una ceja.

-Pues...si. Es la profesora encargada de la casa Gryffindor, además de llevar la clase de Transformaciones - concreto Rubeus. Solté una risa irónica.

Con razón.

-¿A qué hubiera venido ella aquí? -

-Me ha advertido que no tienes idea sobre el mundo mágico, algo extraño para una Rodhig, debo admitir - lo mire con una ceja alzada - pero me ha dicho que fue por un accidente, eso sí tiene sentido - agregó nervioso -. Debes adquirir tus materiales y yo voy a guiarte - sonrió orgulloso. Parecía incluso emocionado por aquello. Sonreí involuntariamente.

-De acuerdo, entonces ¿A dónde vamos primero? - pregunté luego de tomar lo último del jugo.

-Lo primero es llegar al callejón Diagon - anunció -. Una vez allí, debemos ir a Gringotts - concretó.

Segunda Oportunidad. (Fred Weasley Y Tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora