-Puede romperme - no solo Dumbledore se sorprendió con aquellas palabras, sino que el mismo Fegefeuer lo hizo.
Nos sumimos en un silencio incómodo por largos minutos. Asumí que lo había deducido, por lo que no quería preguntar para confirmarlo.
-¿Romperte? - la voz grave y casposa de Fegefeuer resonó en mis oídos, así que desvíe mi vista hacia abajo para encararlo.
No pude evitar sonreír cuando vi sus ojos, eran tan grandes y tan hipnóticos, pero se veían tristes, algo decepcionados. Los parpados habían decaído un poco y el brillo se había apagado considerablemente, pero aún estaban tan enfocados en mis orbes que supe que esperaba encontrar la verdad en mis palabras. Así que le sonreí, con culpa y sinceridad, esperando encontrar en su peludo rostro un índice de comprensión.
Ya no tenía motivos para mentir, sea que deba irme por mis verdades o que no pueda continuar con mis objetivos para quedarme, quería decirlo y ya.
-Si, Fegefeuer. Tu robas la vitalidad de las personas - mire a Dumbledore -, si este hechizo del que habla esta ligado a mi alma, entonces solo basta romperla llevándome al borde de la muerte, ¿no? - explique con una simpleza algo falsa, pues la idea aún me tenia inquieta.
La verdad me tenia inquieta.
-Aun que con tranquilidad lo anuncie, señorita Rodhig, no son amplios nuestros conocimientos sobre los inferis vivemten, no ha habido sobreviviente que pudiera contarlo o científico que viviera para datarlo, espero usted comprenda que en estos terrenos la seguridad de nuestros estudiantes es lo más importante - sugirió, elevando una ceja mientras me observaba por encima de sus lentes.
-Lo he llevado en brazos durante horas en el bosque, profesor, no me cabe duda alguna que si hubiera querido matarme, ya lo hubiera hecho - acote acariciando con tranquilidad el lomo de Fegefeuer. El felino no despegaba sus ojos de mi, y podía ver, incluso con la vista en otra parte, a sus orbes rubi perforarme el alma.
-Señorita Ro - lo interrumpí.
-Me ha dicho que no es malo - anuncie -, no hemos de condenarlo por la naturaleza que posea. Si defendemos la individualidad humana, yo opto por creer en la individualidad de todo ser vivo. Creo en él, elijo creer en él - declare con firmeza, desviando mi vista hasta la criatura que cargaba en brazos. Sus ojitos brillaban intensamente y supe por la manera en la que meneaba su cola de cabellos azabaches que estaba feliz conmigo como yo estaba de encontrarlo.
Las inquietudes desaparecieron entonces, porque sabía que esa era mi oportunidad. Debía ser fiel a mis palabras, porque sin confianza en aquella criatura, no lograría nada. Los hechos eran inalterables en mi memoria, Fegefeuer definitivamente era un ser inofensivo, o por lo menos estaba libre de maldad, de lo contrario, ¿por qué habría de dejarme vivir? ¿Por qué habría de quedarse a mi lado en custodia por mi salud hasta que me encontraron, cuando yo lo había enviado lejos de mi antes de lanzarme al peligro? Quería creer en él, iba a creer en él.
-¿Puedes hacerlo? - hable suave, a lo que Fegefeuer bajo las orejas, asustado -. Si no quieres, lo entenderé, pero no temas por mi vida, Fegefeuer, lo hicimos genial en el bosque y en ningún momento sentí dolor a tu lado. Si hay alguien a quien le confiaría este deseo sin duda eres tú- sonreí para tranquilizarlo. El corazon me latía a mil por hora, sentía ansiedad, nerviosismo y emoción.
-Joven Rodhig - llamó Dumbledore, haciéndome recordar su presencia -, no puedo permitir algo tan peligroso - si bien se oía firme, sabía muy bien que sentía curiosidad por lo que pasaría si lo intentaba.
-Profesor Dumbledore, necesito saber - declare, rogando con la mirada. Necesitaba saber que era aquello que me ocultaron con tanto empeño, por qué me lo habían ocultado.
Dumbledore simplemente asintió, para luego relajarse en su asiento y observar atentamente. Mire a Fegefeuer.
-Esta bien - resonó en mis oídos, grave y casposo.
Y eso fue todo, ni siquiera sentí cansancio, simplemente todo se volvió negro.
***
-¿Liz? - una voz extrañamente conocida me llamó a lo lejos, haciéndome abrir los ojos lentamente por la intensidad de la luz que me rodeaba.
-¿Amedra? - cuestioné, buscándola con la mirada una vez que me hube acostumbrado al ambiente.
-Ay pequeña Liz, ¿Qué has hecho? - era un regaño, pero no se escuchaba como uno.
Y cuando volteé 180 grados, ahí estaba, mi hermana mayor.
Ni siquiera parecía un recuerdo, porque podría jurar que cuando su mano tocó mi mejilla, su calidez me devolvió el alma al cuerpo.
***
-¡__________! ¡__________ DESPIERTA! - los gritos me partían la cabeza, así que moví la mano para hacer una seña de que era molesto.
El cuerpo me pesaba inmensamente, tenía los huesos como adormecidos y no paraba de escuchar un pitido en la punta de mis oídos.
-Silencio - susurre, sintiendo mi garganta arder. Un deja vú nada agradable me golpeó los recuerdos y abrí los ojos rápidamente para asegurarme de que no fuera lo mismo.
Reconocí de inmediato el rostro de Lee quien me observaba con pánico. Volteando lentamente la mirada detrás de él estaba Fegefeuer posado inquietamente sobre una silla de madera y algo alejados de él estaban los gemelos y Lav.
Si bien nunca había estado allí, pude identificar aquel lugar como la enfermería del colegio Hogwarts de magia y hechicería, era todo extremadamente viejo, una edificación arcaica en verdad y eso lo volvía más fascinante.
Me incorporé lentamente bajo la atenta mirada de los presentes y luego de mirarlos fijamente a los ojos con sorpresa, me miré las manos con la intención de contar mis dedos, para corroborar que no estuviera soñando.
-Ah, salió bien - fue lo único que dije, sintiendo como los brazos de Lee me apretaban fuertemente a su cuerpo. Le correspondí cerrando los ojos y respirando fuertemente para calmar mis latidos.
Recordaba todo.
*****
Hey
Entre a la facultad felicitenme
a
Ya en serio, gracias por todo el apoyo que me brindaron con el tema de mi mamá, fue la única razón por la que no borre todo y me fui a la mierda jajan't. Los tkm
Sin nada más que decir
*Entra outro de HP*
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Segunda Oportunidad. (Fred Weasley Y Tú).
Fanfiction"Porque hay veces que usamos nuestras segundas oportunidades sin darnos cuenta". Adaptación de la célebre novela de JK Rowling. Prohibida su copia o adaptación.