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Lee y yo nos miramos con seriedad. Habían muchas preguntas que podían ser contestadas a partir de esa revelación.

***

Fuimos guiados por Hagrid hasta un lago, allí nos indicó subirnos a las canoas que nos llevarían al dichoso colegio. Por supuesto que los transportes eran manejados con magia, pues Hagrid tampoco iba con nosotros.

Pasaron al menos 20 minutos desde que habíamos bajado del tren cuando por fin se hizo presente un imponente castillo de piedras que resaltaba entre la abrazadora oscuridad de sus alredores gracias a la gran cantidad de luces flotantes que rodeaban la edificación.

Que producción.

Reí internamente ante mi propio chiste.

Sin embargo, todo rastro de diversion se esfumó de mi cuerpo al notar que realmente no había un puerto o tierra firme que no fuera rocosa en la cual aparcar para ingresar al castillo. Una vez que nos adentramos en la oscuridad y el castillo se fue perdiendo de vista, comencé a ponerme nerviosa. Estabamos en lo que parecían ser cuevas subterráneas aún en el agua, grutas para ser exactos.

-¿A dónde demonios nos llevan? - mi queja no fue más que un susurro, pero pareció poner nerviosa a una compañera de claros cabellos que se encontraba en el bote continuo.

Quise enmendar mi error, pero un movimiento sospechoso en el agua me frenó. No me hizo falta agudizar la vista para distinguir algo, ya que el reflejo de luces fue claro en el agua.

Ignore por completo el extraño suceso anterior, analizando con más tranquilidad mis alredores, siendo capaz de notar que estábamos en el castillo, pues todo era bloques de piedras apiladas. Mismo material que logre distinguir cuando la edificación se hizo presente anteriormente.

Unos metros más adelante, al pie de unas escaleras del mismo material sólido, se encontraba una esbelta mujer de ajustado rodete y vestimenta color verde esmeralda.

Minerva McGonagall, tienes mucho que explicar.

Achine los ojos con recelo mientras asentía ante mis propios pensamientos.

-Bienvenidos a Hogwarts, soy la profesora Minerva McGonagall. Por favor, formen una fila de 2 y acompáñenme - sentencio la mujer de grises cabellos. Todos obedecieron, Lee y yo nos formamos al final junto a los gemelos.

Minerva nos guió escaleras arriba, incorporándonos rápidamente a unos pasillos. Supuse que finalmente estábamos dentro de las instalaciones principales del colegio.

No hubieron mas que murmullos en el camino al misterioso destino. Minerva detuvo la fila una vez estuvimos frente a una inmensa puerta de madera gruesa que desprendía un agradable olor a viejo. La misma poseía delicados adornos de plata, estratégicamente colocados en los extremos, las bisagras y el centro donde se hallaban ambas perillas, aunque parecieran más inmensos anillos de metal.

Minerva se perdió tras los muros en algún momento, apareciendo no mucho tiempo después como si nunca se hubiera ido.

-Bien alumnos, ahora comenzara la Ceremonia de Selección - anunció McGonagall dándose la vuelta para quedar de frente a nosotros -. Tras estas puertas se encuentra El Gran Comedor, aquí se definirá a que casa perteneceran de ahora en adelante. Las mismas son: Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin y Gryffindor - dijo McGonagall volteandose para abrir la inmensa puerta con un simple empujoncito.

La revelación del interior fue gratamente sorpresiva. Habían en total 5 mesones extensos. 4 de manera vertical con enormes toldos de diferentes colores y bordados de diferentes animales en el centro. El toldo mas cercano a la entrada se podía observar un Tejón sobre un fondo negro y amarillo. Sobre la mesa siguiente, se observaba un lienzo de azul marino y bronce, grabada en el centro con una majestuosa águila de alas abiertas. Sobre el mesón continuo había un toldo color escarlata y dorado, un león era visible en el centro. La última de las mesas, ubicada en el otro extremo de la amplia habitación, poseía un último lienzo sobre la cabeza de los estudiantes. Este era verde y plateado con una serpiente bordada en el centro.

Segunda Oportunidad. (Fred Weasley Y Tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora