-¿Dónde va a ser esta fiesta, Mai? -Dulce gruñó, arrojándose en el sofá cuando regresó a casa después del trabajo.
Maite vino justo detrás de ella, cerrando la puerta con una sonrisa emocionada.
-¡No acabas de escuchar, Dulce! ¡Será en el club Aryon!
-¿En Aryon? -La pelirroja levantó la ceja. Ese club fue uno de los más grandes y famosos por sus fiestas. -Bueno, pero no tengo disfraz, Mai ...
Era Halloween, y la fiesta era de disfrazes.
-Oh. -Maite esbozó una sonrisa traviesa. -Pensé que dirías eso. Entonces traje algunos accesorios. -Elevó las dos bolsas que sostenía.
Dulce no evitó la risa.
-Pensaste en todo, descarada.
-Ah no, la descarada será otra persona ... tan pronto como esté vestida con este disfraz. -Mai sonrió.
Veinte minutos después, Dulce no sabía si reírse o regañar a Maite por el disfraz que había elegido para ella.
Pequeña diabla
Una túnica roja como la sangre abrazaba las hermosas curvas de Dulce. Había una minúscula falda plisada, oscura. Los zapatos eran rojos con tacones altos, junto con la red roja, lo que hacía que los gruesos muslos de Dulce fueran extremadamente tentadores.
Maite había peinado el cabello de Dulce cayendo en grandes rizos sobre sus hombros. Una tiara de cuernos encaramada sobre su cabeza.
Los ojos de Dulce estaban más grandes debido al maquillaje, y en su boca, lápiz labial rojo.Dulce no había esperado nada de eso cuando Maite dijo que había traído algunos accesorios. Si pudiera, discutiría con su amiga por darle el disfraz más descarado.
Pero no puede hacer eso: el disfraz de Maite tampoco era muy decente que digamos.Maite estaba vestida como una conejita. Un conejito infantil.
-Los dos vamos a llamar toda la atención de la fiesta. -Comentó la morena, satisfecha, de pie junto a Dulce en el espejo.
-Con estas ropas, sería extraño no llamarla. -Dulce dijo con ironía.
-Dulce, vamos, apuesto a que el ochenta por ciento de las mujeres en esta fiesta serán las mismas que nosotras ... si no peor. Las fiestas de Halloween son para eso. Ella sonrió por el rabillo de sus labios, arreglando su escote.
-Bueno, entonces vámonos de una vez. No quiero llegar a la medianoche al club. -Dulce recogió la pequeña bolsa negra y tiró de su amiga de la mano.
Entraron en el auto de Maite. Cuando la morena estacionó fuera del club, ya podían escuchar la música viva que venía del interior, junto con las luces.
- Esta noche promete. -Mai sonrió, apagó el motor y salió del auto.
Dulce también cayó. Fueron de la mano a la entrada, hablando animadamente. Pagaron los boletos y entraron.
Estaba lleno Tan pronto como Dulce y Maite entraron, ya estaban bombardeados con miradas masculinas.
- ¿Te apetece un martini? -Sugirió la morena.
Dulce asintió y fueron a la barra más cercana.
-Quiero una manzana y cereza. -Dulce habló con Mai. Ella asintió y se apoyó en la barra para preguntar.
La pelirroja miró distraídamente a las personas que bailaban y bebían. Vio a tres hombres mirándola muy cruelmente, y los ignoró.
Cuando se echó el pelo hacia un lado debido al calor, sus ojos se dirigieron directamente a una figura alta y jactanciosa que se encontraba a pocos metros de distancia, en el mostrador opuesto.Christopher le dirigió una mirada brillante mientras levantaba lentamente la copa de vino que sostenía en un brindis sensual y rápido.
El corazón de Dulce la traicionó, como siempre, cuando comenzó a latir sin control.
Estaba vestido de vampiro. Llevaba pantalones negros, una camisa de color burdeos con los primeros botones abiertos y una larga capa oscura atada al cuello. Había unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos, que se sumaban al aspecto siniestro de la fantasía. El cabello estaba de vuelta con gel.
Era el vampiro más sexy de toda la fiesta, obviamente.-Aquí, Dul. -Maite la tocó, pasándole el martini.
-Salgamos de aquí, Mai? -Dulce preguntó, volviéndose hacia ella.
-Hh?
-Busquemos un lugar para bailar. Pero no aquí.- Vamos La pelirroja la jaló discretamente de la mano, sin mirar atrás.
-Pareces que has visto un fantasma, ¿qué pasó? -Preguntó Maite, preocupada, después de caminar varios metros, entrando donde bailaban varias personas.
-No es un fantasma. Vi un vampiro -Dulce respondió, finalmente dejando de caminar.
-¿Qué?
-Christopher está aquí! -Dulce dijo entre dientes.
-No creo. -Maite cerró los ojos. -¿Vino también?
Dulce gimió y tomó tres sorbos seguidos del martini.
-Dulce, mantente alejado de él, ¿de acuerdo? -Ordenó la morena. -No te dejaré arruinar tu noche por ese sinvergüenza. Ya basta de que te pisotie.
"Nunca volverá a pisarme, Mai", dijo Dulce con decisión. -Que te garantizo. Puedo estar enamorado de él, pero no soy tan idiota.
-Sé que no eres una idiota, Dulce. ¡Pero no se lo muestras! Solo Christopher se acerca para que cambies completamente y caigas en su red. Cuando dejas que un hombre te domine, se acostumbran a estar siempre arriba. Y sé que no eres nada tonta para dejarte dominar por un hombre ... acabas de hacer la estupidez de enamorarte locamente de aquellos que no lo merecen.
-Lo sé por mucho tiempo lo estuve. -Dulce tomó otro sorbo de la bebida. -Pero estoy cansada de humillarme. Ahora solo me van a gustar los que yo quiera. -Le guiñó un ojo a su amiga.
Maite estaba un poco sorprendida por el tono de su amiga. Nunca la había visto tan determinada como estaba ahora la pelirroja. Solo esperaba que cumpliera lo dicho.
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Fijación
FanfictionÉl era su suerte, Su bendición, Su maldición Gracias a él, ella no podía amar a ningún otro hombre. Se había tomado su corazón egoístamente. Y si no era lo suficientemente malo, lo había guardado en un cajón. Un cajón oscuro, donde no podía verlo...