Capítulo 4

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Cuando despertó al día siguiente, Dulce pensó que había soñado.
Se movió en el sofá y sintió dolor en su cuerpo. Solo entonces se dio cuenta de que no había sido un sueño. Christopher había estado allí la noche anterior.

Respirando lentamente, se sentó en el sofá, con la cabeza entre las manos y el pelo rojo entre los dedos.

Una vez más había logrado seducirla. Una vez más la había hipnotizado con esa mirada misteriosa y ese aire seductoramente cargado. Una vez más se había dejado dominar por él como un idiota.

Era plenamente consciente de que cuando estaba cerca de él, se volvía completamente tonta. Todo su control y autoestima parecían evaporarse cuando la tocaba. No pude evitarlo.

Pero no duraría para siempre. Había sido la última vez que había dejado que Christopher la tocara.

Dulce se levantó y fue al baño, luego comenzó a hacer un café muy fuerte. Yo necesitaba eso.

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