Dulce y Maite subieron al departamento de la pelirroja, riendo como dos chicas. Dulce se sintió ligera en esos últimos días.
Había pasado casi los últimos años dependiendo de Christopher para todo. Salir, divertirse, sentirse bien ...
Era como vivir a base de una adicción, y ahora se daba cuenta de que podía divertirse con otras cosas y otras personas, sin necesitar lo que era adictivo y darle. La ilusión de hacerte feliz.Ahora estaba empezando a ver la vida como debería ser. Sin depender de nadie más.
-Entonces yo estaba ... -dijo Maite, riendo. De repente, la risa murió al abrir la puerta del ascensor.
-¿Qué pasó? -Dulce se echó a reír, pero también dejó de reír casi al instante.
Hay estaba él, su adicción, su Fijación . Apoyado contra la puerta del apartamento, sus fuertes brazos cruzados sobre su pecho, su expresión en blanco.
-Al menos no te pasaste al departamento. -Dulce luchó por decir, en el incómodo silencio.
-No, preferí esperar afuera. -Respondió con calma.
Dulce asintió, con la garganta seca. Su corazón dio un vuelco de felicidad al verlo, al olerlo pero se negó a mostrar otra emoción que no fuera la frialdad.
La humillación de sentir su corazón así fue suficiente ... ¿Nunca sería capaz de pararme frente a Christopher sin la dificultad para respirar y su pecho latiendo así?-Dulce, ¿Quieres que me vaya? -Preguntó Maite. -Si no quieres, me quedaré. Dije, ignorando la mirada de Christopher.
-Mai, mejor vete, y te llamo luego.- La pelirroja parpadeó y la besó en la mejilla. -Christopher no se quedará mucho tiempo.- Añadió, y no se volvió para ver su expresión.
- Bueno, cualquier cosa me llamas.- Maite advirtió, con voz áspera, y volvió al elevador, luciendo reacia. Dulce le guiñó un ojo, indicando que no se preocupara.
-Creo que a tu amiga le gusto cada vez menos. -Dulce escuchó la voz de Christopher. Se giró y vio su expresión ligeramente divertida. -Me mira como si fuera un secuestrador.
-Creo que en su opinión eres casi eso. -Dulce admitió, caminando junto a él para abrir la puerta. Christopher no se movió de donde estaba, mirando a Dulce cuando ella pasó la llave. Su rostro estaba tan cerca que ella olía a colonia masculina.
-¿Y para ti? ¿Soy ese monstruo también? -Preguntó, cuando Dulce abrió la puerta.
Ella esperó a que él pasara y suspiró.
-Christopher, di de una vez, ¿Qué quieres? y vete, ¿De acuerdo?
-¿Por qué no dijiste por teléfono que estabas cenando con Maite? -Le preguntó. -Dijiste que estabas con alguien más ...
-¿Y Mai no es una persona? -Dulce preguntó, aguantando la risa.
-Tu me entendes. ¿Me hiciste pensar que estabas con alguien más para tratar de ponerme celoso?- Preguntó, con una sonrisa irónica.
-No pierdo mi tiempo en eso. -Dulce dijo, más fresco.
Christopher comenzó a acercarse a ella lentamente. Sintiendo el peligro, el cuerpo de Dulce se puso alerta y levantó la barbilla, alejándose.
-¿Entonces? ¿Por qué no me dices lo que quieres? y te vas. Pensé que estaba claro ... No quiero tener nada más que ver contigo.
-¿Está segura?- Christopher la arrinconó en la pared, con ambas manos cerca de su cabeza. - Lo dices no muy segura de eso.
-Ah, estoy hablando con toda mi seguridad. -Dulce dijo, seria, tratando de escapar. La sostuvo en su lugar. -Y no creo que seas de esos hombres que ruegan por mantener una relación, ¿O si? Podrías simplemente hacerme caso y dejarme en paz.
-Pero no quiero deshacerme de ti. -Sonrió, y poco después cubrió sus labios rosados con los suyos. Dulce cerró sus pequeños puños y golpeó su abdomen, pero Christopher no cambió. En cambio, tocó su cuerpo caliente y duro con el de ella, aplastándola en el beso.
Los labios de Christopher se movieron ferozmente, empujando a Dulce cada vez más fuerte contra la pared. Él le apretó la cintura con fuerza y ella gimió de dolor. Sus labios dejaron de moverse para mirarla:
-¿Que pasó? -Miró la mano que descansaba sobre su cintura.
-Eres muy rudo. -Dulce se quejó enojada, poniendo un brazo alrededor de su cintura como para protegerse.
Christopher levantó rápidamente su camisa justo debajo de sus senos. Se presionó contra la pared, tratando de mantenerse lo más lejos posible, y lo vio mirando su cintura.
-¿Qué es eso?- Preguntó, mirando hacia abajo. Vio dos manchas moradas en una de las costillas. ¡Por eso le dolía su apasionado apretón!
-¿Donde te hiciste eso?- Preguntó, casi en un tono desinteresado.
-No sé. Me imagino hoy temprano, cuando me agarraron del baño por la cintura con tanta fuerza que pensé que mis costillas estaban rotas. -Respondió ella irónicamente.
-No era mi intención lastimarte, no me di cuenta de que te estaba doliendo.
-Por supuesto que no te diste cuenta. No notas nada. Actúas siguiendo tus impulsos malditos, y quien se lastima en ese camino se queda atrás, ni siquiera te das vuelta para mirar.
-¡Vamos a empezar, demonios! -Christopher dijo, golpeando su mano contra la pared cerca de Dulce. -Has estado viendo muchas películas románticas por lo que estoy viendo.
-No! -Dulce respondió. -Al contrario. Solía creer que la vida era una película romántica ... ahora veo que la realidad es muy diferente. ¿Y adivina qué? Tú que me hiciste comenzar a ver esta realidad. -Dulce dio una sonrisa falsa.
-Eso está bien, ¿no te parece? -Respondió sin cambiar. -La vida no es una película. Un día lo descubrirías, con o sin mí.
Christopher se inclinó y besó los delicados labios de Dulce rápidamente y con fuerza ... fue tan rápido que antes de que ella se fuera, él ya estaba en la puerta del departamento. Él le dirigió una última mirada y se fue.
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Gracias a las chicas que respondieron el aviso, pues entonces estaré subiendo varios capítulos de Fijación, bueno no fueron muchos pero si los hice más largos.
Después de terminar con Fijación, ¿Con cuál quieren que continúe? Con la de Nuestro Amor o ¿Cómo gritar que te amo?
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Fijación
FanfictionÉl era su suerte, Su bendición, Su maldición Gracias a él, ella no podía amar a ningún otro hombre. Se había tomado su corazón egoístamente. Y si no era lo suficientemente malo, lo había guardado en un cajón. Un cajón oscuro, donde no podía verlo...