Capítulo 7

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-Podemos hablar de eso, Dulce. ¿Qué te pasa con ese tipo? -Eduardo preguntó, con calma, cuando estaban lo suficientemente lejos.

-Ya te dije. -Respondió ella, exhalando. -Está loco, para nada es mi esposo. Es solo un ex que desafortunadamente vino a esta fiesta.

-Me saque de onda cuando apareció. Si tienes algo con él, puedes ...

-¡No tengo nada! -Dulce abruptamente sostuvo la barbilla de Eduardo para callarlo. -Y todo lo que quiero hoy es estar contigo. Olvídate de ese imbécil.

Eduardo sonrió y le dio un beso provocativo.

-Oh mi cabeza. -Dulce dijo con voz ronca. Intentó abrir los ojos, pero la luz los lastimó. Gimió y enterró la cara en la almohada.

Luchando, Dulce intentó de nuevo y abrió los ojos. La cabeza palpitaba. Estaba en tu casa. Acostado en el sillón. ¿Pero cómo llegó allí?

Genial, había bebido de más durante la noche, y no recordaba mucho. ¿Eduardo la había llevado a su casa? O maite?

-Maldición -Dulce se levantó, tambaleándose, y fue al baño. Al menos estaba en casa. Podría ser peor.

Para tratar de aliviar el malestar, se dio una ducha fría. Le vinieron a la mente destellos de la fiesta. Recordó la repentina aparición de Christopher y la casi escena que había creado.
También recordó que él estaba con una mujer ... probablemente había pasado la noche con ella.

Dulce terminó su baño y puso una toalla blanca alrededor de su cuerpo. De repente, sonó el tiembre.

-¿Quién es esa vez? - Camino buscando otra toalla para ponerse en el cabello.

El timbre volvió a sonar, y Dulce no tuvo más remedio que ir con el pelo húmedo en la espalda, goteando sobre su piel.

-¿Quien es?- Preguntó con impaciencia antes de abrir la puerta, resoplando.

Abrió la puerta solo un poco, escondiendo el cuerpo detrás, y palideció cuando vio quién era.

-Ahora veamos si sigues siendo valiente. -Christopher empujó la puerta, y Dulce tuvo que esquivar a un lado para evitar lastimarse.

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