Todavía estaban acostados en el piso del baño. El silbido que hacía Dulce al respirar disminuyó gradualmente, siendo reemplazado por un ronquido tranquilo y somnoliento. Podía sentir el cuerpo de Christopher cerca del suyo; podía sentir su calor, pero no se tocaban.
Como si después del sexo hubiera crecido una pared de vidrio entre ellos.-Espero que lo hayas disfrutado. -Dulce logró decir, su voz impersonal y débil. -Fue la última vez que me tocaste.
Sintió a Christopher moverse bruscamente detrás de ella. Ella pensó que iba a darle la vuelta, pero no la tocó.
-No digas tonterías. - le dice él.
-¡No estoy jugando! -Dulce se volvió, frente a él.
Apoyó la cabeza sobre los brazos, detrás de la cabeza, y dejó escapar un suspiro, como si no quisiera discutir con Dulce en ese momento.
- Di la verdad, ¿Realmente dormiste con ese chico ayer? ¿O lo dijiste solo para provocarme?
Dulce se pasó los dedos por el pelo.
-Si hubiera querido acostarme con él o con quién sea, lo habría hecho.- Ella dijo, y vio a Christopher lentamente girar su cabeza hacia ella, escuchándola sin decir nada. -Pero no. No me acosté con él.
Miró de reojo y vio que la expresión de Christopher se ponía un poco menos rígida.
-A diferencia de ti, no necesito salir a acostarme con medio mundo para sentirme bien. -Dulce parpadeó rápidamente.
-¿Por qué estás hablando así?- Preguntó, apoyado sobre un codo. -Parece que en las últimas horas no eres la Dulce que conozco.
-No, estabas equivocado. -Dulce se sentó, tirando de la toalla para cubrir su cuerpo mientras Christopher la miraba. - La Dulce que conoces no soy yo. Porque junto a ti me convierto en una idiota. Pero me cansé de hacerla de idiota en tus manos, me cansé de ser tu juguete de tiempo libre.- Ella sacudió la cabeza y su cabello todavía húmedo se extendió bajo su regazo. -Nunca humillé a nadie, no soy así. ¡Y fue suficiente para que entraras en mi vida para que me sintiera como una marioneta y dejara que me manejes como quisieras! Toma mi orgullo, toma mi autoestima, toma todo lo que tengo, Christopher. Si continúo en esa relación, me hundiré ... y tú no.
-Dulce, las cosas no son así. No seas dramática. -Respondió, pero parecía un poco sorprendido por su repentino ataque.
Ella se rió fríamente, sin mirarlo, y se levantó.
-¿Puedes irte ahora? Tengo que vestirme para encontrar a Maite.
Christopher estaba a punto de responder, pero Dulce solo lo miró rápidamente:
-Sabes dónde está la puerta. -Y salió del baño.
Entró en la habitación, cerró la puerta y comenzó a cambiarse de ropa. Unos minutos más tarde oyó que se cerraba la puerta de la habitación y supo que Christopher se había ido.
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Fijación
FanfictionÉl era su suerte, Su bendición, Su maldición Gracias a él, ella no podía amar a ningún otro hombre. Se había tomado su corazón egoístamente. Y si no era lo suficientemente malo, lo había guardado en un cajón. Un cajón oscuro, donde no podía verlo...