Capítulo 20

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Dulce acababa de llegar del trabajo. Entró en el apartamento y fue directamente a darse un baño. Estaba saliendo cuando sonó el teléfono.

-Hola?- respondió, secándose el cabello con la otra mano.

- Mmmmm. -La voz era gruesa y sensual. - No te abras arrepentido de nuestra cena, ¿verdad?

Dulce dejó de secarse el pelo y se mordió el labio.

-Creí que lo habías olvidado. Después de todo, ayer habías bebido demasiado y no me llamaste hoy para confirmar nada.

- No llamé porque estuve ocupado todo el día. -Cristopher respondió. - El único tiempo libre que tenía para llamarte era por la mañana, y mi resaca no me lo permitía. Pero ayer no estaba completamente borracho, Dulce ... Recuerdo todo lo que dije, y no he olvidado que prometiste salir a cenar conmigo hoy. ¿Te recojo en una hora?

-Christopher, yo ...

- Lo prometiste. -Se acordó.

- Está bien. Estaré esperando. -Dijo Dulce, mordiéndose el labio y colgando el teléfono.
Se apoyó contra la pared, luego fue a la habitación a cambiarse de ropa.

Dulce se miraba al espejo estaba terminándose de maquillar, cuarenta minutos después de la llamada, sonó el timbre cuando ya estaba lista.
Corrió para abrir la puerta, su corazón latía con fuerza.

Christopher la miró inquietante cuando ella abrió la puerta. Los ojos brillaron.

-Te ves tan ... diferente.- dijo sin dejar de mirar el vestido nacarado que caia por la mitad de los muslos de Dulce. El color acentuaba el bronceado de la joven, incluso haciendo que sus mejillas se sonrojaran más.

-Diferente en el bien, o en el mal sentido? -Dulce levantó la ceja cuando pasó por su lado, mirándola de cerca.

- Definitivamente en el mejor sentido. -Respondió con una sonrisa inclinada. -Es imposible tener malos sentimientos contigo.

Dulce se avergonzó a sí misma, mirando hacia otro lado. Christopher sonrió.

-¿Ya estás lista? - Pregunto.

-Si -Dulce fue a la habitación a buscar la bolsa y regresó. -Christopher ... quiero que sepas que solo acepté ir contigo ... por respeto a los años que pasamos juntos. Puede ser como una despedida, o algo así. -Dijo sin emoción. -No te equivoques, pensando que porque hoy saldré contigo, aceptaré que regresemos.

Christopher no respondió de inmediato, solo lo estudió.

-Todo bien. No te haré hacer nada. Solo quiero que me hagas un último favor ...

-Si -Dulce vaciló.

- Lo único que te pido, es que está noche ... no bloquees tus sentimientos.- Él le guiñó un ojo y Dulce contuvo el aliento. - Solo te pido que dejes que tu corazón actúe hoy. Si él te pide que te mantengas alejada de mí, está bien ... de lo contrario, respóndele y haz lo que quieras hacer. Simplemente haz lo que sientas. Yo te prometo que esta noche... será inolvidable , actuemos como si no importará nada.

Christopher tomó la mano de Dulce y se la llevó a los labios, dándole un beso. No fue un beso malicioso ni pretencioso, lleno de motivos ocultos, como solía hacer Christopher ... fue un beso tierno.
Cuando le hormigueó la mano y Christopher le indicó que entrara por la puerta, Dulce supo que algo sucedería esa noche que podría cambiar todo lo que estaba pensando hasta ese día.

La presencia de Christopher era todo un misterio. Cuando le hizo cosas malas a Dulce, llegó al límite de las peores sensaciones ... abandono, dependencia, dolor.
Pero ahora era distinto, era de otra manera, era como si de pronto se convirtiera en el Christopher de antes el que realmente conoció Dulce ... amoroso, divertido, misterioso ... Él Christopher que le pertenecía a ella y a nadie más.

Christopher era en su vida como la tormenta en el desierto, era lo que más ansiaba ... pero cuando por fin llegaba, tenía el poder de destruir todo lo que tenía. Como un gran huracán, dejaba todo en el suelo y jugaba con sus sentimientos.
Pero sin esa tormenta ... el desierto siempre se volvia insoportable, solo y triste.

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