Dulce se despertó al día siguiente, con alguien llamando a su teléfono celular. Se sentó en la cama y vio en la pantalla que era Poncho.
-Hola - Respondido, tranquila.
-¿Esta todo bien?- Poncho preguntó sin rodeos, indicando que el recuerdo de la noche anterior todavía estaba muy vivo. -¿Como te fue? Estaba muy preocupado por ti Dulce.
-No tenías porque. Te dije que iba a estar bien, Poncho.
-¿Qué pasó después de que me fui?- Preguntó con voz extraña.
Dulce suspiró.
-Estaba borracho ... decía algunas cosas sin sentido. Luego lo puse en un taxi y se fue. Sólo eso.
-¿Qué cosas dijo él?- pregunto curioso.
Dulce no estaba irritada por las preguntas de Poncho, porque ahora está muy cerca de ella. Se veían todos los días, ya se había convertido en un amigo importante.
-Me pidio que fuera a cenar con él hoy. - Respondió, rodando la sábana con un dedo.
-¿Y tu aceptaste? -La voz de Poncho se volvió más fría de lo que ya estaba.
-Yo ... todavía no lo sé, Poncho. -Dulce dijo, indesisa.
-Espero que sepas lo que estás haciendo y hacía donde vas, Dulce. - se lo advirtió. -Recuerda que pasaste mucho tiempo tratando de deshacerte de esa adicción que es este hombre en tu vida. Ahora que estás lo estás logrando, solo conseguirás que vuelva a acosarte. No olvides que él siempre te deja sin remordimientos, y que tú eres la que siempre termina mal.
Y colgó. Dulce miró el teléfono por unos segundos, sintiendo un sabor amargo en su boca ... queriendo decir que Alfonso no entendía nada y que estaba equivocado. Pero la verdad es que ella sabía perfectamente que él había dicho la verdad.
¿Valía la pena tirar todo lo que había logrado... para hundirse en ese mar de emociones, que solo él podía provocarle?
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Fijación
FanficÉl era su suerte, Su bendición, Su maldición Gracias a él, ella no podía amar a ningún otro hombre. Se había tomado su corazón egoístamente. Y si no era lo suficientemente malo, lo había guardado en un cajón. Un cajón oscuro, donde no podía verlo...