Fijación

Capítulo 22

-¡Esto no es justo! Odio cuando tienes suspenso sobre estas cosas.- Ella respondió, divertida, mientras Christopher la conducía de regreso al auto.

Era después de la medianoche. Dulce se había reído toda la noche, se había divertido con Christopher como nunca antes ... esa noche se veía igual que el primer año que habían estado juntos. Como en los primeros encuentros. Divertido, carismático, aunque ese aire de misterio nunca lo abandonó.
Pero era el Christopher del que Dulce se enamoró locamente. No el hombre posesivo y arrogante en el que se había convertido con el tiempo.

-Es una sorpresa, te lo dije. -Christopher respondió, después de arrancar el auto. -Quiero llevarte a un lugar especial.

-Humm -Dulce hizo una mueca graciosa. -Cena especial ... lugar especial ... ¿Dónde escondiste a Christopher Von Uckermann? Puedes ser sincero.

Se rió ligeramente. Había pasado tanto tiempo desde que Dulce lo había visto reírse espontáneamente de ella que no pudo evitar mirarlo con una sonrisa.

-Espero que el Uckermann de los últimos años desaparezca por completo. Estoy tratando de traer el viejo de vuelta.

Dulce sintió pequeños huracanes en el estómago y se mordió el labio.

-Espero que puedas. -Respondio ella.

Christopher la miró e, incluso en la oscuridad del automóvil, Dulce vio que brillaban los ojos felinos.

-Tienes mucho más poder sobre eso de lo que crees, Dulce.

El resto del viaje fue silencioso. Cuando comenzaron a acercarse a un valle que daba a un acantilado sobre el mar, Christopher disminuyó la velocidad.
Detuvo el auto a dos metros del final e invitó a Dulce a salir. El viento cálido del mar agitó su cabello rojo tan pronto como salió del auto, haciendo que los rizos volaran alrededor de su cara.

-Wow - Murmuró ella, adelantándose para tener la vista del mar reflejada por la gran luna llena.

-Es aquí. -Christopher apareció detrás de ella, haciéndola temblar. -Venía mucho aquí cuando era adolescente. Se sentó a un metro de este punto, sintiendo el viento en su rostro y mirando las olas durante el atardecer. Era como un lugar secreto. Permanecer aquí durante más de una hora mirando el paisaje te hace olvidar el mundo. Parece que solo eres tú en la tierra.

-Es realmente maravilloso. - comento Dulce, mirando al mar, encontrando fascinante que un hombre como Christopher, que nunca pensó que sería capaz de apreciar esas cosas simples, tenía un lugar secreto como ese.

-Creo que eres la única persona que conoció este lugar, después de mí. -Murmuró, abrazándola desde atrás y pegando su fuerte cuerpo en su espalda. Su cuerpo emitía calor, y la mezcla con el frío del mar hizo que Dulce temblara. -Este lugar no es muy conocido. Principalmente porque no hay camino que conduzca directo hasta aquí, ¿Te diste cuenta de que no había camino por aquí? Cada vez que venía, no veía señales de autos o personas.

-¿Así que es realmente desierto? -Dulce tragó saliva. -¿Estamos completamente solos ... yo, tú y la luna? -Bromeó.

- ¡Completamente solos! -Dijo al oído. -El lugar es nuestro solo.

El estremecimiento que atravesó a Dulce era inevitable. Ella se estremeció contra Christopher, y él la abrazó con más fuerza, riendo ligeramente.

-No te preocupes, Dulce. No te atacaré.

-No te tengo miedo. -No quería enfrentarlo. -Me tengo miedo.

-¿Y por qué? -Susurró en su cuello.

-Porque cada vez que me permito confiar y crear sentimientos hacia las personas, termino lastimándome. Siempre terminan decepcionándome.