Capítulo 20 (Maratón I)

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Muy temprano en la mañana Dorian abriò los ojos después de una larga noche de sedantes y para su sorpresa encontró a su lado a Kali dormida, apoyada en su camilla. 

-Y yo que creí que siempre si me odiabas -dijo Dorian levantando un poco su cabeza par ver mejor a la joven que dormía tranquilamente-

En ese instante Kali abrió los ojos y Dorian rápidamente se recostó fingiendo continuar dormido

-Ay por los dioses -dijo la joven estirándose y bostezando- qué mal he dormido, sin duda voy a llegar a casa y voy a dormir todo el día -decía mientras se ponía de pie- ¿y tu como habrás amanecido? -preguntó acariciando la frente de Dorian- 

-Mucho mejor ahora que puedo verte -contestó él tomándolo fuertemente la mano de la joven-

Kali de inmediato abrió sus ojos y sintió como todo su cuerpo se iba congelando

-¿Te vas a ir tan rápido? -preguntó el joven viendo como ella intentaba soltarse de su agarre aun sin ella haberse dado cuenta de la fuerza que hacía-

-¿qué? no, obviamente no. Le prometí a su padre que cuidaría de usted y eso haré, esperaré hasta que él vuelva

-Ya veo, entonces, si lo haces por cumplir una promesa más que por gusto,es mejor que te vayas, no quiero que te quedes sintiéndote obligada

Kali de inmediato se soltó del agarre y cambió su mirada a una de enojo y frustración

-O dime -continuó hablando Dorian- ¿estás aquí por gusto propio? ¿te quieres quedar conmigo hasta que me den de alta?

La joven nuevamente abrió sus ojos 

-Ay por favor señor -dijo ella tratando de evadir la pregunta- parece que amaneció de un humor particular- mencionó fingiendo una risa y caminando hacia donde tenía sus pertenencias- Voy a cambiarme y en un momento llamaré a su padre para informarle que usted ya despertó-

-¿por qué me tratas con tanta formalidad Mariane? no es la primer vez que estamos a solas, y tampoco la primera que amanecemos juntos

Kali levantó la vista de su bolsa y le miró con vergüenza y molestia, claramente hablar de aquella noche o cualquier cosa que hiciese referencia a ella, le molestaba

-Me iré a cambiar -dijo finalizando la conversación y saliendo rápidamente para no dar lugar a más tema

Mientras caminaba hacia los baños, su celular comenzó a sonar

-Buenos días señor Carl -dijo la joven atendiendo el teléfono- estaba a punto de llamarlo

-Que bueno hija ¿como pasaste la noche?

-Bueno, de la única forma que se puede pasar una noche en un hospital, incómoda y despertando cada tanto para ver que su hijo estuviera bien

-Ay querida,no sabes cuanto te agradezco esto que hiciste por mi hijo -dijo el hombre con un tono de voz tan cálido que la joven sintió casi como si fuese su padre- 

-no tiene nada que agradecer, estoy segura que ustedes hubiesen hecho lo mismo por mi si me encontrara en esa situación- mencionó ella y tan pronto lo hizo, recordó el día del robo, aquella vez en la que los brazos de Dorian la protegieron y cuidaron-

-y cuéntame ¿como está Dorian después de la cirugía?- preguntó Carl-

-Amaneció muy bien -dijo ella- bastante bien  por lo que pude apreciar hace un rato -dijo recordando la conversación que habían tenido- de hecho estaba yendo justo a cambiarme para luego poder ayudarlo a él a desayunar y esperar el parte médico

KALI  Una Hindú en el OccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora