Capitulo 41

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-Señorita ¿usted de nuevo por aquí?- preguntó la empleada de la enorme casa de Dorian a Maddison, quien tocaba insistente el timbre-

-Sí señora, nuevamente soy yo y no voy a moverme de aquí hasta que el señor Dorian me atienda

-lo siento mucho pero el joven no está y no puedo dejarla pasar si él o su padre no se encuentran en la casa

-No se preocupe, no necesito entrar, esperaré aquí hasta que llegue

-Si así lo desea -dijo la mujer, y sin más se retiró

Era de noche y comenzaba a hacer frío, pero esta era la única oportunidad que Maddison tendría para hablar con Dorian y hacer que él reaccionara

-¿Tardará mucho el hombre? -se preguntó Maddison para si misma viendo la hora en su teléfono

Estaba a punto de irse, cuando vio a lo lejos un auto acercándose, en el coche estaba Dorian, pero no estaba solo, alguien más lo acompañaba, pero la oscuridad de la noche y de los vidrios no permitían ver bien a ese segundo pasajero. Minutos después el auto aparcó frente a la puerta de la casa, dónde Maddison se encontraba. Dorian bajó primero sin darle la más mínima importancia a la rubia frente a él, en cambio se apuró a abrir la puerta del copiloto, dejando ver a una mujer alta, de cabello negro, piel bronceada y ojos azules

-Vaya -dijo Maddison con cierta molestia y decepción caminando hacia la pareja- puedo ver cuanto amabas a Mariane, no te tomaste el tiempo para olvidarla, supongo que a la vuelta de la esquina ya tenía su reemplazo 

-¿qué? ¿quién eres tu? -preguntó confundido el hombre soltando rápidamente la mano de su joven acompañante-

-no tiene importancia quién soy yo -respondió Maddison molesta- Sabes algo Dorian, sé que Kali o Mariane o como sea que quieras llamarla, no la está pasando bien, pero la prefiero mil veces en ese lugar, antes que vivir engañada contigo

-¿de qué hablas?

-¿disculpa? que cinismo tienes -respondió la rubia mirando de reojo a la joven que él tenía a su lado- a ti no te importó ella, pero yo no la voy a dejar morir y tu te vas a arrepentir de haberla tratado como lo hiciste en su momento

Sin decir más Maddison caminó hasta estar lejos de la casa, pero pronto escuchó la voz de Dorian corriendo tras ella pidiéndole que esperara

-¿qué quieres? -preguntó Maddison dejando de caminar-

-¿qué sabes tu? -preguntó Dorian

-Depende de que sea lo que quieras saber

- Quiero saberlo todo, Dios, no tienes idea de lo mal que lo he pasado y si tu sabes algo que me pueda demostrar que lo que ella dice es verdad, necesito que me lo digas

-¿qué? eres patético, no entiendo como Kali sigue amándote, tu no la mereces, es increíble que todavía no creas en su palabra, por Dios hombre, dime quién es su sano juicio juega a que lo maten, ella corre peligro de verdad y todo este tiempo no ha hecho más que esperar a que la salvemos

-ven, acompáñame a casa hablaremos con más calma

-y que hay de tu novia, no hablaré nada sobre mi amiga delante de otra mujer

-no es mi novia y no te preocupes, mi chofer la llevó a  su casa, así que nadie escuchará 

Maddison asintió y de nuevo regresó a casa de Dorian, juntos entraron hasta el despacho y tomaron asiento en uno de los enormes sofá

-¿por qué no crees lo que Kali te dijo? -preguntó Maddison tan pronto como entraron al salón

-porque me mintió, si todo fuese verdad, me hubiera contado mucho tiempo antes

KALI  Una Hindú en el OccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora