Capítulo 23 (Maratón IV)

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-Si no me me necesitas para nada más, por favor permíteme retirarme, realmente me siento muy agotada y quiero dormir tanto como pueda-dijo la joven al hombre saliendo del despacho-

-Claro que sí, puedes irte ahora, yo me encargaré del cuidado de Dorian, puedes tomarte el lunes libre, aprovecha para descansar este fin de semana y el lunes no vayas a la oficina, Dorian no estará y por los pendientes no te preocupes, le pediré a Rosse que se encargue de tomar las llamadas

-Te agradezco mucho-dijo la joven tomando la mano del hombre-

-Kali, cuidate mucho-Mencionó Carl antes de despedir a la joven

-hace tanto no escuchaba mi nombre -respondió nostálgica-

-es un bonito nombre

-pero peligroso, si mi padre lo escucha, sabrá que soy yo. No es que hayan muchas personas con mi nombre

-no te preocupes, no te pasará nada. Me encargaré de cuidarte

-usted es como mi padre- dijo abrazando a Carl

-y tu como una hija, ahora ve, descansa

La joven salió de la enorme Casa rumbo a su apartamento caminando a paso lento. Se sentía feliz por contar con el apoyo de Carl y algo en su corazón le hacía removerse añ recordar a Dorian.

-¿Será verdad que Valeska y él no tienen ninguna relación? -pensaba mientras caminaba por la calle- ay dorian-dijo en voz alta largando un fuerte suspiro- ¿Que hubiera pasado con nosotros si no hubiese huido?

Kali sabía que algo le pasaba con Dorian, después de todo no lo había olvidado en todo el tiempo que había pasado y sin duda alguna, aunque solo hubiese sido una noche, Dorian era especial, fue su primer hombre en todos los sentidos, fue el primero al que se entregó, fue el primero que la hizo sentir libre, fue el primero que la hizo feliz, y por sobre todo, fue el primero y el único que la había hecho sentir amada. Y aunque ella no lo reconociera y se lo negara a si misma, una parte de su corazón se había quedado con él desde aquella noche

Después de un rato de caminar, Kali tomó un taxi hacia su casa y cuando por fin llegó corrió hasta su piso, abrió la puerta y se bajó de lo agotadores tacones que llevaba desde el día anterior, caminó hasta su cuarto y se despojó del vestido rojo que ya le apretaba, caminó hasta la ducha y se paró bajo ella dejando que el agua mojara cada parte de su cuerpo, que recorriera cada rincón de él limpiandola, porque eso era lo que sentía, se sentía limpia, se sentía sana, decir la verdad y tener un apoyo más le dejaba tomarse un respiro. Se tomó a tiempo en aque baño y cuando ya se sintió lista se envolvió en la toalla, buscó en uno de sus cajones una camisa y un pantalón largo, luego con el placer más grande se lanzó a su cama dichosa por poder recibir un merecido descanso

-Gracias dioses- dijo acomodandose en la cama- cada día me convenzo más de lo mucho que vale la pena arriegarse

Solo unos minutos después cayó fundido en un sueño profundo

-¡Ay por la diosa Pravati!- dijo levantándose de tiro al escuchar su teléfono sonas sin parar- ¿Quién es? - contestó molesta

-Hola amiga, ¿como que quién es? - preguntó maddie del otro lado de la linea- Soy yo

-Ah, Maddie hola, disculpa que te responda así, pero ¿no tienes que hacer a esta hora de la mañana?¿-preguntó sin haber visto la hora aún-

-¿A esta hora de la mañana me dices?  Pero amiga, son las dos de la tarde

Kali abrió sus ojos y miró justo hacia dónde estaba el reloj en la pared

-no me digas que dormí todo el día - dijo alarmada

-bueno pues eso parece

-vaya, estaba realmente cansada, ni el hambre ha podido despertarme

-bueno pues es mejor que te vayas preparando algo porque tu estómago no tarda en pedir

-Tienes razón- respondió Kali sonriendo- dime, a que debo tu llamada ¿Pasó algo, todo está bien?

-Sí, todo está bien. Llamaba para invitarte a salir, que te parece si vamos a The secret Garden. Mi querido amado cuidará hoy del bebé y me dijo que saliera un rato, sabes que no voy a salir sola, así que, que mejor momento para reunirme con mi ingrata amiga

-ay maddie- respondió la joven- está bien, te acepto la invitación solo porque es verdad que hace mucho no nos vemos y que yo... me he vuelto una ingrata. Pero te juro que no ha sido por gusto, he tenido mil cosas, no tienes idea.

-bien, ya vamos a tener tiempo para hablar, ¿en cuanto tiempo estarás aquí?

-No lo sé, estaré llegando mas o menos a las ocho -dijo Kali- Pero es el primer y último domingo que acepto salir a discotecas contigo, hoy lo hago porque mañana no tengo trabajo

-¿Ah sí?  Bueno cuándo llegues acá, me contarás todo con detalle, te dejo para que puedas arreglarte, besos-dijo la joven para luego colgar

-Ay maddie, en que quieres meternos- dijo Kali sabiendo ya como era su amiga- Solo espero que la noche no se salga de control

KALI  Una Hindú en el OccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora