Fuera del Ring

16.

Amy:

—3 Costillas fracturaras, lesiones en el rostro, riñón ..

—¿Riñón? —Interrumpo al doctor, el corazón se me acelera. —¿El riñón está bien?

—A eso iba, señorita. —Me dice detengo otra vez su carpeta con el expediente de King. —Su riñón está recuperándose, pero no es algo de que alarmarnos, de todas formas, quiero que este 24 horas en observación, después podrá marcharse a su casa.

—Entiendo. —Digo preocupada.

—Tranquilícese, él está fuera de peligro.

—De acuerdo. —Intento sentarme en una de las sillas.

—¿Quiere que le traigan algo?

—No, estoy bien, estaré bien.

—Como desee.. algo más..

—Si.

—Necesito el nombre del paciente.

¿Su nombre?

—¿No lo sabe?

—No, yo..

El doctor me examina.

—Entonces se lo preguntare a él cuándo despierte.

King:

Dolor.

Infinito dolor es lo que siento al despertar, pero no tanto como el dolor que siento cada vez que voy al baño y quiero orinar, joder.

Amy ha venido a quedarse conmigo sin importar lo que digan sus padres, lo hizo y está cuidando de mí, aunque no la prefiero aquí.

No quiero que me vea en ese estado y no quiero terminar desquitándome con ella.

No se lo merece.

Amy llega al baño y pone los ojos en el inodoro, al ver la sangre mezclada con la orina, su rostro palidece, pero aun así cuando se vuelve hacia mí, ella trata de verse bien, pero la conozco, no está bien y yo sola la preocupo.

Y no quiero preocuparla cuando lo que necesita es estar concentrada en sus clases de danza.

Lo último que falta es que yo le termine arruinando el recital de medio año.

Me lleva a la cama y me siento un completo inútil.

Tres meses después: