18.

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Amy:

—¿Estas nerviosa?.—Lu me pregunta tomándome las manos.

—No tanto como preocupada.—Ella siguen mi mirada y ven el asiento desocupado de King.

—Puedo llamarlo mientras estas en escena.—Dice Dakota.—Seguramente se le malogro el coche o algo.

—Eso debe ser.

Lu chasquea los dedos frente a mí, ambas llevan vestidos iguales y de color rosa por ser el acompañamiento.

—Solo concéntrate tú.. Es tu noche y él ya debe estar en camino, tiene 2 horas y media de las que dura el recital para llegar.—Me recuerda y estoy más tranquila.—Solo concéntrate en ti.

La rodeo con los brazos.

—Gracias, Lu.—Le digo.

Ella se detiene a verme.

—Estas preciosa.

Si, los atuendos que eligieron son muy hermosos, incluso la de mi primera escena que solo es un vestido corto blanco.

—Claro que es precioso, no es rosa.

Ambas nos reímos.    












(*)












Las cortinas rojas se abren y mientras espero detrás de ellas, llega la apertura, donde bailan todas las chicas elegidas de mi clase, de las que destacan, Kim, Alexis y mis amigas.

La presentación dura a lo largo de tres minutos, en los que paso la mirada de ellas a el asiento vació de King.

Y cuando se abre el acto I y salgo a escena, King todavía no ha llegado.













(*)












Aunque a mi corazón le duela su ausencia, no me desconcentro en ningún instante y me esfuerzo por no hacerlo.

Entonces llega el acto II y mi baile con el "príncipe", mi escena favorita con Elliot y King no ha llegado.

A este punto entendí que ya no iba a llegar y la decepción pudo conmigo.

Tras bambalinas, Elliot puso una mano sobre mi hombro.

—¿Lista para nuestra última escena?

Lo miré, pero no dije nada, Elliot me mira preocupado.

—¿Está todo bien, Amy?

No, no lo está.

Escucho la música de la escena anterior a la nuestra y que está a punto de acabar para darnos pase.

—¿Amy..?

—Si.—Pronuncio y sus ojos me miran tranquilos.—Estoy bien.

Eliott me ofrece su mano la escena termina.

—Entonces.. ¿Vamos?

Asiento con la cabeza y lo sigo.











(*)











Una oleada de ovación e interminables aplausos de pie son los que recibimos cuando da por terminado el recital y salimos a agradecer.

Cada uno hace una reverencia, empezando por los personajes que tenían menos presencia en el recital, luego las bailarinas de compañía y finalmente yo y Elliot.

Elliot salió antes y agradeció, mientras todos estaban detrás, el me dio pase presentándome y me acerque al centro mientras la multitud aplaudía y el también mientras tenía una sonrisa en el rostro.

Me tomo la mano y ambos recibimos otra oleada de aplauso, en un momento, la profesora le entrego un ramo de rosas rojas a las chicas que fueron pasando hasta llegármelo a mí, mis ojos se llenaron de lágrimas y agradecí otra vez haciendo reverencia.

Fue una noche maravillosa.

Una gran experiencia y uno de mis sueños cumplidos, presentarme en un lugar como este y ser ovacionada junto a mis compañeros.

Pero ese sueño y esa experiencia no pude compartirla con él.

Fuera del RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora