23.

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King:

La tengo de espaldas y de cuatro patas para mí, empujo otra vez y con una última estocada termino llegando al puto clímax.

Amy se deja caer boca abajo sobre el colchón y me acerco a besar su mejilla.

—¿Ya podemos hablar?.—Pregunto mientras se mueve debajo de mí, pero sus ojos están a punto de cerrarse.

Amy no me da una respuesta.

—Muñeca...

Listo, sigue enojada, joder.















(*)

















La condición que me ponen cuando voy a solicitar volver al ring es en enfrentarme a un par de tipos más antes de llegar al pez gordo, a Killer.

Dice que debo recordarles a la gente quien fui y con "Suerte" quien soy ahora, aunque eso me parece una completa estupidez.

Sin embargo al ser mi única opción, termine aceptando.

—El martes.

Alzo mis cejas observando el papel que me entrego.

—Pelearas con Leon.

—¿Leo? ¿Qué mierda es eso?.—Suelto.—Ya lo he derrotado.

—Ahora mismo para las personas no eres nadie, King.—Me asegura.—Si quieres que te respeten y tengan la puta fe en ti otra vez, demuestra que puedes ganarla a uno de tus competidores anteriores.

Mierda.

—Y de no ganar, será porque "King" ya se ha ido.












Amy:

—Hoy vuelve a pelear King.—Me dice Dakota mientras ajusto mis zapatillas de Ballet en el suelo junto a ella y Lu.

Lu me da una mirada.—Entonces iremos a hacerle barra ¿No? ¿Amy?

Dakota alza las cejas.

Termino de ajustar mis zapatos y la profesora ingresa al salón, me pongo de pie y voy hacia el centro junto a mis demás compañeras, aunque escucho a Lu y Dakota llamándome.














King:

Doy un golpe al saco y luego otro, luego otro, tomo un descanso y mi mirada se desvía cuando la veo con su ropa de diseñador, su blusa clara color crema, su falda color negro y sus botas blancas, acompañándole a eso su hermoso rostro y su cabello rubio cayéndole hacia adelante completamente suelto.

Paro el saco de boxeo sujetándolo con ambas manos, le doy un pequeño golpe y me acerco a ella.

—Creí que no querías venir a verme.—Digo con una sonrisa.

—Dije que no iría a ver tu pelea con Killer, no está.

Le rodeo la cintura con los brazos.

—¿Ya vas a perdonarme?

Su mirada baja, muy preocupada, le levanto el mentón y sus ojos preocupados se encuentran con los míos.

—Voy a estar bien.—Le prometo a mi muñeca.

—No estoy de acuerdo con esto, King, para que lo sepas..

—¿Pero..?.—inquiero.—¿Hay un pero, muñeca?

La observo tragar.—Eres un adulto, no tengo porque decidir las cosas por ti, tu no lo has hecho por mí, no me has prohibido nada desde que te pedí que no lo hicieras y sería injusto que te prohibía hacer esto cuando todo en ti quiere hacerlo.

—Amy.

—Y realmente no quiero que lo hagas.—Dice con voz temblorosa.—No creo poder aguantar verte así tirado otra vez.

Acaricio su rostro con mis manos y le limpio las lágrimas.

—Pero no importa lo que te diga porque igual lo vas a hacer.—Pronuncia .—¿Qué sentido tiene prohibírtelo? Esto es lo que eres King y es por esto que me gustas tanto.

—Tú también me encantas, Muñeca.

Ella hace una mueca.—Después de todo fue aquí donde nos conocimos.

El corazón se me acelera.

—¿Vas a dejar que suba al Ring?

Aprieta los labios y luego de un par de segundos asiente con la cabeza.

—Si prometes que bajaras si todo se complica, si no puedes más.

Sonrio.—Lo prometo, muñeca.

Ella asiente y sus ojos me miran.

Alzo una ceja.—¿Beso de buena suerte?

Acerca sus labios a mi rostro, pero en lugar de mi boca, van hacia mi mejillas, con lágrimas en los ojos y una débil sonrisa, me mira otra vez.

—Acabalo, King.

—Cuenta con eso, muñeca.

Fuera del RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora