perfectly wrong (skam españa; alejandro)

veintidós : la primera copa

Con el corazón en el pecho, Isabella le mandó mensaje a Alejandro mientras se subía al metro.

No creo poder ir. Nora me ha mandado a la mierda...

¿Bromeas Isa? Se que ustedes son las mejores hermanas que he conocido, y es su cumple ¡no puedes faltar!

Isabella no contestó y se bajó del tren cuando llegó a la estación cerca del depa de Miquel.

Guardó su celular con las manos temblorosas. Sus medicinas se habían quedado en casa, pensando que iba a regresar.

Y estaba teniendo un ataque de ansiedad.

En su sano juicio, Isabella no iría al departamento de Miquel solamente porque su hermanita se lo pidió. No, en su sano juicio ella iría a la fiesta, le diría a su hermanita que dejara de ser tan estúpida, y disfrutaría de estar con Alejandro sin tener que esconderse.

Pero no fue así.

Tocó el timbre del edificio y cuando se abrió el canal de voz, Isabella frunció el ceño. Parecía que había una fiesta ahí adentro.

- ¡¿Quién?! - preguntó Miquel.

- Eh, soy yo, Isabella.

- ¡Ah Isa! ¡Pasa!

La chica entró y tras subir un par de escalones, se encontró con Miquel en la puerta y un vaso rojo en su mano.

- Hola oye, ¿podemos hablar? - Miquel asintió y salió del departamento - ¿Tienes una fiesta o algo así?

- Si, mis amigos se invitaron a unas personas - Isabella asintió y acomodo su cabello detrás de su oreja mientras pensaba bien sus palabras - ¿qué pasa?

- Estoy aquí por Nora.

La cara de Miquel se descompuso casi de inmediato.

- Ah, ya veo.

- Si ella... lo siente mucho, de verdad - dijo Isabella, jugando con sus pies -. Ella te quiere. Yo no pero ella si. Por favor hazle caso, quierela, ella te adora...

Estaba arrastrando las palabras.

- ¿Estás bien? - Isabella le sonrió, y asintió.

- Estoy perfecta, ¿me das? - Miquel miró su vaso y confuso la volteó a ver.

- Tú no tomas...

- Dios mío Miquel, ¿acaso te incumbe? - Isabella citó a su hermana y entró al departamento, encontrándose con una maraña de gente en la sala, que ignoró para irse directo a la cocina.

Una vez allí, tomó una botella de vino rosado y se lo empino.

Sacó su teléfono, observando que tenía varias llamadas perdidas de Emma, y un mensaje.

Olvidaste tu medicina ¿estás bromeando? ¿Y por qué no estás aquí?

La chica siguió tomando mientras le escribía un mensaje a Alejandro.

No se si quiera seguir.

¿Qué?

No tiene caso. No quiero tener una relación si no estoy lista.

Bella... no quería presionarte, perdón

Ya... No hay cuidado... Solo ven por mi por favor...

Y él dejo de responder.

El pánico comenzó a aflorarle la piel, pero al ver que no contestaba, el pánico le sustituyó por enojo.

Gruñó y comenzó a tomar de nuevo, cuando vio que su teléfono se apagaba repentinamente.

- ¡No, no, no! - la chica volteó y se encontró con Miquel - ¿Tienes cargador que me prestes?

Miquel asintió y le señaló el enchufe. Ella fue a conectar su teléfono y entonces se deslizó en la pared hasta caer al suelo.

- ¿Todo bien? - Isabella negó.

- Todo mal.

- Bella... - Alejandro... - ¿Estás teniendo un ataque de ansiedad?

Ella lo volteó a ver, le pinto el dedo, y volvió a tomar de la botella de vino.

Una vez que ya casi se la acababa, miró a Miquel de nuevo y habló.

- Sólo quiero pasarla bien, sin tener que cuidar de Nora veinticuatro siete - dijo ella -, ¿tienes más de este vino colorido?

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