treinta y uno : te amo

500 17 0
                                    

Toda la semana fue una mierda para Isabella. El jueves fue al doctor, le recetaron aún más medicinas, y el viernes se entero de que Alejandro se iba a Londres, y gracias a Nora, no a el chico.

Así que el lunes, el día en que Ale se iba, fue a ver a las chicas, en busca de un consejo; pero sólo se encontró a Joana y a Cris.

— Hola chicas.

— Hola — la saludaron ambas, tomadas de la mano y sentadas en el marco de la ventana.

Isabella se sentó junto a ellas, suspirando.

— ¿Todo bien? — preguntó Joana, frunciendo el ceño levemente y ladeando su cabeza.

Isa negó.

— ¿Qué pasa tía?

La chica tomó una bocanada de aire antes de hablar.

— Alejandro se va a Londres — confesó ella —, y no me ha dicho nada. En lo que cabe... Él cree que me he acostado con Miquel.

— ¿Y fue así?

— ¡No! — negó Isa, llevándose una mano a la cabeza — Contacté con una chica... Que casualmente también había ido a la fiesta. Bueno, yo no la contacté, ella me contacto.

— Que guay — dijeron las novias, asintiendo y escuchando la historia de la chica.

— Ya... Pues eso, me dijo que nada había pasado porque la mayoría del tiempo ella se la había pasado conmigo. Que decía que... — Isa se llevó la mano a una cara, avergonzada — Decía que al oler la almohada de Miquel había dicho que olía a Alejandro.

— ¡No! — dijo entre risas Cris, escondiendo su cara en el hombro de su novia.

— Te lo juro tía.

— Pues... Yo creo que deberías buscarle.

Las palabras de Joana atravesaron el aire. Isabella alzó la cabeza, aún sonrojada.

— Se ve que le quieres. Y por lo que se, él también te quiere a ti.

— Bueno... Si.

— Entonces ve por él — insistió Joana.

Isa se quedó callada unos minutos, pensando.

— Pero ¿y sí...?

— Isa, honestamente, no sabes que puede pasar, ¿si? — la castaña se quedó completamente callada, y asintió — No sabemos cómo va a resultar. Debes de dejar que, por una vez, el destino los guíe a ambos.

Isabella suspiro y asintió.

— Gracias chicas. Les quiero.

Las novias sonrieron y la animaron, haciéndola caminar fuera de la biblioteca.

Isa rio y sacó su móvil de su bolsillo. Comenzó a mandarle mensaje a Alejandro.

Hola, ¿podemos hablar?

No hay nada de lo que hablar.

Alejandro, por favor

Unos segundos pasaron. Tal vez minutos. Si era honesta, a Isa se le hicieron horas.

Salió del insti y se trepó al coche de Paco, sacando su móvil y viéndolo fijamente.

Está bien. En la calle de mi departamento en media hora.

La chica encendió el coche y se dirigió a casa.

perfectly wrong (skam españa; alejandro) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora