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Ya me daban escalofríos. Ni sabía que era lo que tenía en sus manos, pero sabía que era un objeto sexual, unas especies de bolas raras.

TaeHyung observaba y disfrutaba mi reacción atentamente.

-- ¿No sabes lo que es? -- Preguntó una ceja alzada.

Ahí fue cuando no resistí más. No iba a fingir ser fuerte y valiente si no lo era...

Entonces bajé la mirada avergonzada y negué de la cabeza, respondiendo a su pregunta. Como reacción, bufó tiernamente y se posicionó detrás de mí. Pasó sus brazos encima de mis hombros para así poder mostrarme mejor su juguete.

-- Esto... Me va permitir hacerte sentir cosas nuevas mientras me ayudas a ordenar este caos. -- Empezó susurrándome al oído. -- Lo introduciré en tu linda vaginita y... -- Explicó poniéndomelo en la mano.

Me tensé cuando escuché aquello. Ya me encontraba muy nerviosa y sentía que eso no iba a ser posible.

-- Calma, no pasa nada. -- Pronunció al sentir mi tensión.

La verdad es que no quería tener absolutamente nada, porque me asustaba la idea de meterme algo por ahí.

Pero sabía que tenía que obedecer TaeHyung. En otras palabras, tendría que hacerlo de todas maneras, desgraciadamente.

Eso sí, tenía mis caprichos, si era la primera vez que me metía algo ahí abajo, preferiría que no sea un plástico. En otras palabras, prefería lo tradicional, dado que no sabía lo que me podrían hacer sus juguetes extraños. Ya me imaginaba que esos objetos funcionaban con electricidad, no quería ni imaginarme cómo debía ser electrocutarse ahí. Confiaba mil veces más en TaeHyung.

La única solución era llegar a un acuerdo con él. Me di vuelta, soltándome delicadamente de su agarre.

-- TaeHyung... -- Llamé desanimada mirando hacia el piso.

-- Preciosa... No tienes opción y no quiero enojarme contigo. -- Recordó.

Sabía que no tenía elección, lo tenía más que claro, pero seguiría insistiendo para obtener algo más cómodo para mí.

-- Sé que no puedo elegir, pero me asusta mucho. Por ser la primera vez... Solo quiero pedirle un favor. -- Intenté explicarle, tratando de sonar tranquila.

-- No te puedo prometer nada, pero dime. -- Advirtió, autorizándome a explicarle.

-- Si es la primera vez, me sentiría mejor si no fuera un pedazo de plástico. -- Agaché la mirada.

Sentí la sonrisa de TaeHyung invadir el espacio, el calor era horrible. Su expresión me hizo entender que había entendido perfectamente y había tomado bien mi pedido.

-- Parece que mi muñeca quiere mis dedos. -- Dedujo en mi oído.

Me dio un ataque de vergüenza porque no quería aceptar que Taehyung tenía razón. Prefería claramente sus dedos a unas pelotas extrañas, o como se llamen.

-- Y también me parece que esta habitación se quedara desordenada por un buen tiempo más. -- Suspiró cerca de mi cuello.

Los escalofríos se apoderaron de mi cuerpo, no lograba entender que era lo que quería hacerme TaeHyung. Lo miraba con temor hasta que el hombre se decidió a avanzar hacia mí y yo iba retrocediendo poco a poco.

Claro que sí, él lo tenía todo planificado: La cama se encontraba detrás de mí.

Cuando mis pantorrillas chocaron con la cama, sentí unas manos calientes en mis hombros empujarme. Caí encima de la cama y un cuerpo gigante e hirviendo se colocó encima de mí.

Este se quedó mirado mi rostro detalladamente. Estaba segura que me encontraba demasiado roja.

Después de unos segundos que me parecieron infinitos, atacó salvajemente mis labios sorprendiéndome. Su respiración se agitaba y en cada movimiento iba más rápido.

Luego, metió su lengua en mí, haciendo que mi boca explotara de su sabor. A penas podía respirar. Como la otra vez en el probador, intenté bajar la velocidad. Pero no me hacía caso. Me estaba asustando, no sabía cómo controlar a esta bestia.

Sus piernas se posicionaron a los lados de mis caderas y logré sentir su masculinidad en la zona de mi intimidad. Sus ardientes manos fueron bajando de mi cuello a mi busto con el propósito de masajear mis pezones con los pulgares.

En ese preciso instante, un cosquilleo raro en la zona de mi intimidad. Aquel provocó que levantara mis caderas. Choqué entonces con el bulto de TaeHyung. El estremezón el la zona intima se hizo presente nuevamente. Era una sensación demasiado especial.

A parte, intentaba respirar, en vano. El oxígeno no venía a mí.

El hombre sonreía viendo mis reacciones. Sabía que disfrutaba ser el primero en tocarme de aquella manera. Se me revolvía el estómago con cada uno de sus movimientos.

Los dientes de TaeHyung mordieron mis labios delicadamente. Era muy nuevo para mí, mi mente gritaba auxilio, mientras que mi cuerpo pedía más.

El hombre era demasiado salvaje... Pero admito que tampoco eran tan desagradables esos cosquilleos y nuevas sensaciones.

Sus vivarachos labios bajaron rápidamente a mi cuello. Me tensaba cada vez más, sobre todo en la zona del pecho. Lo peor es que no era algo que me disgustaba, solo sentía mi garganta tiritar, como si aguantara algo.

Mis caderas se levantaron otra vez sin preguntarme al sentir TaeHyung humedecer mi cuello.

Como respuesta, hizo un ágil movimiento con sus caderas: un círculo de abajo hacia arriba haciendo frotar nuestras intimidades.

En ese momento, lo que tanto tensaba mi garganta y me desesperaba, salió.

Un suspiro mezclado con un quejido ahogado.

En fin, un gemido, creo.







Gracias por leer

Me están emocionando con sus comentarios, realmente muchas gracias a las personas que me apoyan en esto... Lxs quiero.

Dirty Job [ 𝗞𝗧𝗛 ¹⁸ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora