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Se le iluminó la cara a TaeHyung y la mía, se puso roja, claro.

Me abrazó tiernamente, proporcionándome aún más calor. Era la primera vez que dormía con tanto calor, era como en verano, sin embargo estábamos en pleno invierno.

-- Mm, yo tengo hambre. ¿Qué es lo que tomas de desayuno preciosa? -- Preguntó sentándose.

Sentía que Taehyung me iba a regañar o algo por el estilo después de responderle.

-- Un... ¿Té? -- Contesté bajito, siendo sincera.

No era que no me gustaba comer, solo que era una dormilona y nunca me daba tiempo de tomar algo más.

TaeHyung abrió grande los ojos, sorprendido.

-- Yoon, eso no es bueno para ti... Debes comer todas las mañanas. -- Regañó serio.

Bajé la mirada mientras que Taehyung parecía estar tecleándole a alguien en su celular. Unos segundos después, volvió a abrazarme.

-- Pero eres tan adorable que te podría perdonar todo. -- Murmuró haciéndome sentir escalofríos, de esos que me gustan, de los que vienen con apretones de estómago.

Hace una semana, hubiese estado demasiado avergonzada y ahora me sentía mucho más cómoda con su contacto.

Unos minutos más tarde, escuché golpecitos en la puerta. TaeHyung se levantó y fue a abrir.

-- Gracias, Jisoo. -- Agradeció recibiendo una bandeja.

-- Por nada, Señor Kim. -- Contestó la mujer.

¿SEÑOR KIM? ¿Desde cuándo que TaeHyung se llamaba Kim?

El problema no era que el hombre se llamara Kim, sino que yo también me llamaba Kim. Kim Yoon Ah. Bueno... Ese dato solo me sorprendió un poco porque la verdad es que ya había conocido a muchos Kim en mi vida, dado que hay miles en Corea.

Taehyung interrumpió mis pensamientos llegando cerca de mí con una bandeja gigante entre sus manos, mucho más grande que de costumbre. Este iba a ser mi primer verdadero desayuno de hace mucho.

Empezamos ambos a comer, Taehyung no quitaba su mirada de mí.

Iba a meterle conversa, en otras palabras tomar el mal, por el mal. Si me intenta poner nerviosa, con su mirada, debía encontrar la forma de ponerlo incomodo a él también.

-- ¿TaeHyung? -- Llamé, pensando al mismo tiempo en una pregunta relevante.

-- Dime cielo. -- Contestó llevándose una tostada a la boca.

-- ¿Cómo... Es que vives solo aquí? -- Formulé observándolo masticar.

Taehyung suspiró y se preparó a decir algo. Parecía que por fin iban a haber respuestas a mis preguntas.

-- Mi familia ha muerto. Pero no me duele, no te preocupes. -- Explicó rápido, un poco inquieto.

-- Como... ¿No te duele? -- Pregunté tratando de obtener más de él.

-& Los odiaba, vivían por dinero. Excepto mi madre, pero... Ya pasó. -- Siguió evitando destapar el corcho de la botella.

Vamos. Sabía que la muerte de su madre todavía le costaba. Le tomé la mano, cuestión de enternecerlo, antes de seguir con mis preguntas.

-- ¿De dónde sacas para vivir? -- Continué.

Quería saber si se había robado un banco, era jefe de una mafia, gerente en narcotráfico o quién sabe qué más.

-- Lo que me dejaron. Es mucho la verdad. Me dejaron gran cantidad de dinero y mi madre una caja, ni siquiera sé dónde está, pero no me importa la verdad. -- Explicó revelando finalmente un poco de lo que me interesaba.

¿Una caja?

-- Da lo mismo princesa. Yo estoy bien. -- Afirmó fingiendo una sonrisa.

No estaba segura de nada, pero TaeHyung no parecía haber superado la muerte de su familia como decía. Cuando este hombre me deje salir de esta cama, estaba segura que iría al sótano.

Me tincaba que el libro-caja iba a ser muy revelador. Sabía que uno no podía estar "bien" después de una pérdida tal y lo decía por experiencia.

Como conclusión, había conseguido algo de información prometedora, algo es algo.





-- Muñeca, déjame verla. -- Pidió en mi oído dirigiendo su mano delicadamente a mi intimidad.

Su solicitud sonaba sucia, pero sabía que solo quería ver si iba mejor. Asentí, dándole permiso para que me mire.

TaeHyung me quitó el pantalón de pijama y miró mi feminidad.

-- Tan maltratada... -- Comentó en voz baja sonriendo.

¿Cómo lograba decir eso con una sonrisa? Esa frase me lo tenía confirmado, TaeHyung era enfermizo. Me estaba gustando un hombre sádico.

-- Pero ya va mejor. -- Siguió, dándole caricias a mi muslo desnudo. -- ¿Te gustan las películas, preciosa? -- Preguntó cambiando el tema, volviendo a cubrirme.

-- Mucho. -- Respondí sonriente.

TaeHyung fue entonces a buscar su computador y abrió Netflix, sin más preámbulos.

En ese momento entendí que el día sería cursi, todo el día apoyada en el pecho del hombre y haciendo maratones de películas.

Era predecible y me gustaba la idea.







5:30

Un sonido estridente me despertó, el despertador. Caminé medio dormida hacia el baño, me tenía que preparar rápidamente ya que tenía intenciones de descubrir cosas sobre TaeHyung hoy.

Ayer había sido un día espectacular. TaeHyung había sido tan cuidadoso... Era muy agradable estar con él.

Sin embargo, ahora me tocaba saber más sobre él. Por sobre todo lo demás, quería ver lo que había en la caja-libro.

Así que tenía que apurarme.

Enjaboné rápidamente mi cuerpo, mi intimidad ya no me dolía del todo, era una simple molestia. Lavé mi cabello en triple velocidad y me puse el uniforme.



5:40

Estaba lista para salir. Inhalé, exhalé, como si iba a cometer un crimen.

Bueno, no estaba tan lejos de aquello, estaba yendo a espiar la historia de alguien a las seis de la mañana. Abrí la puerta y fui rápidamente hacia el sótano.

Ya había pasado la habitación de TaeHyung y estaba por pasar el baño.

Pero... No todo podía funcionar perfecto, como de costumbre. Una tos de cuando alguien aclara su voz me interrumpió.

-- ¿Se puede saber dónde vas? -- Cuestionó aquella voz.

Mierda.




Gracias por leer
Ya se vienen fuertes revelacionessss

Dirty Job [ 𝗞𝗧𝗛 ¹⁸ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora