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TaeHyung parecía esconder su furia. Me iba a vengar por todos mis años de dolor con mis padres adoptivos. Él sabía perfectamente lo mucho que me habían arruinado la vida.

Abrí ligeramente la ventana para poder escuchar lo que decía.

-- Él mismo. ¿Qué necesita? -- Contestó mi padre, dándole atención.

Podía adivinar que la temperatura de TaeHyung estaba aumentando en ese momento.

-- ¿Usted es el tutor de Kim Yoon Ah? -- Volvió a preguntar para estar seguro.

Mi padre adoptivo se puso nervioso en ese instante, pues TaeHyung me había mencionado.

-- Pues... Sí, ¿Por qué? ¿Qué quiere, joven? -- Cuestionó el mayor a su turno, confundido.

TaeHyung suspiró, la mandíbula tensa.

-- Usted... Es un hijo de perra. -- Insultó, proporcionándole una cachetada.

Mi tutor abrió los ojos de más, sin entender lo que pasaba. Para su defensa, iba a empujar a TaeHyung, pero este lo detuvo ágilmente.

Recé para que terminara pronto y viniera conmigo rápidamente. Odiaba el lado extremadamente violento de mi chico.

-- No me toque, puerco asqueroso. -- Escupió sin elevar la voz.

Taehyung le dio una cachetada en el otro lado, dejándolo atontado.

-- ¿Qué tuvo en la cabeza todos estos años? -- Cuestionó el más alto tomándole la mandíbula agresivamente.

-- ¡¿Qué le pasa, acaso está loco?! -- Exclamó mi tutor sin entender lo que ocurría.

-- Karma, idiota. -- Contestó TaeHyung dándole una patada en el estómago de mi tutor, de esas que te dejan sin respirar y con la impresión de estar muriendo. Luego, le susurró algo que no alcancé a escuchar, pero hizo palidecer al mayor.

El hombre de cabello rubio se fue caminando hacia el auto, arreglándose el pelo y sacudiendo sus manos. Se adentró en él, como si nada hubiera pasado.

Unos minutos después, TaeHyung iba a decir algo, ya que su mirada se había pegado en mí.

-- Necesitaba vengarte, es lo menos que podía hacer. -- Soltó, justificando sus últimas acciones.

Esta vez, tomé la iniciativa de sentarme encima de él, como lo solía hacer. Era para mostrarle mi agradecimiento y el cariño que le tenía, aunque no fuera la mejor manera.

Taehyung me miró sorprendido y me apretó más hacia él juntándonos en un abrazo.

-- Solo me he asustado un poco, no me gusta verte pelear. -- Afirmé.

El hombre me besó tiernamente, antes de volver a mirarme.

-- Eso sí... No creas que no te sigo debiendo tu castigo, por curiosa. --Susurró, para evitar que su chofer lo escuche, o para ponerme la piel de gallina, no lo sabía.

Verdad que el chico aprovechaba de cualquier descuido mío para disfrutar hacerme penitencias.





20:54

Ya era la hora de asumir mis actos. Íbamos a conversar de lo que había cometido.

-- Arrodíllate. -- Ordenó, entrando en su papel de un TaeHyung duro y severo.

Estábamos en su habitación, después de haber pasado un lindo momento juntos en casa. En nuestros días, existía la parte linda y la parte turbia, dónde ambos cambiábamos totalmente nuestra manera de ser.

Por mi parte, dejaba mi ser encantado por el TaeHyung tierno y amable, por un ser intimidado y sumiso a aquel hombre. Por la suya, dejaba sus esfuerzos por ser encantador.

Se había sentado encima de su cama, esperando que le obedezca. Me arrodillé ante él, ya temblando por la imagen extraña y prohibida que proyectábamos.

-- Nena, mírame. -- Mandó endureciendo por completo todas sus expresiones faciales y movimientos.

Levanté la mirada, este me miraba de arriba. Se me quedó mirando por varios minutos, como si esperaba algo de mí.

-- ¿Quién te dio el permiso para ir a husmear cosas que no te incumben? -- Cuestionó el ceño fruncido.

-- Lo siento. -- Me disculpé bajando la mirada, no atreviéndome a replicar.

-- Créeme que ya lo vas a sentir. -- Anunció, dándome escalofríos.

Me había dicho exactamente lo mismo hace un tiempo. El día en el que terminé con el trasero marcadísimo

-- Te voy a ahogar con mi polla, preciosa. -- Informó, dejándose de formalidades. -- De solo pensarlo, ya está dura. -- Siguió, como si fuera lo más normal del mundo.

Me atreví a mirar en frente mío después de su comentario, justo se encontraba el paquete de TaeHyung ya despertando.

El hombre se agachó y metió sus manos dentro de mí camiseta yendo directamente a mi sujetador. Este lo desamarró muy hábil y rápidamente, para después dirigirse a su pantalón.

Bajó el cierre de su pantalón con una lentitud matadora, dejándome ver poco a poco como aparecía su bóxer negro. Bajé la mirada ya que me era incómodo. A los segundos, sentí movimiento arriba de mi cabeza.

Taehyung ya no tenía ni un rastro de ropa sobre su intimidad.

El hombre tomó mi mandíbula, con intenciones de hacerme mirar hacia arriba. Pasó un dedo por mis labios, con una mínima sonrisa que se esfumó luego de despejarme el rostro tomando mi cabello en sus manos.

-- Anda, come, corazón. -- Mandó la voz alterada por su respiración.

Lo miré una última vez a la cara, estaba con las expresiones más duras que nunca. Obedecí entonces, tomando suavemente con mis dedos su masculinidad antes de meterme la punta en la boca y chupar lentamente.

Tímidamente, probé dar círculos con mi lengua por la punta, sabiendo que era más sensible.  Recibí quejidos y gemidos de la parte de TaeHyung como respuesta, haciéndome saber que le gustaba.

Este alzó su cadera hacia mí, metiéndome de una unos centímetros más de su intimidad. Aquello me hizo cerrar mínimamente la boca, involuntariamente, haciendo chocar mis dientes con su masculinidad.

-- No muerdas. -- Tartamudeó con dificultad.

Esa imagen, verlo en ese estado... Me excitaba. Era vergonzoso decirlo, claro, pero era la verdad. El hombre que me gustaba me calentaba.

Seguí con mis asuntos, intentando complacerlo y hacer perdonar mi curiosidad, mis malos actos. El hombre siguió metiendo su masculinidad aún más profundo, chocando con mi garganta, recordándome que seguía siendo un castigo.

Instantes después, el hombre se adentró aún más soltando un gruñido y introduciendo su masculinidad en el principio de mi garganta.

Me quejé, era desagradable. Taehyung solo siguió, le importaba poco.

-- Casi llego, cielo. Un poco más. -- Gimió acariciándome la cabeza.

Siguió penetrándome la boca entonces. Sollocé silenciosamente, qué le iba a hacer, era un castigo.

-- Me vengo, quiero que lo tragues todo. -- Suspiró.

Supuse que refería a eso blanco que le empezaba a salir y obedecí, me tragué el líquido que salió de su masculinidad cuando este soltó gemido profundo.

Taehyung recuperaba el oxígeno que no había logrado capturar mientras que lo chupaba.

Me levantó enseguida tomándome debajo de los brazos. Este se sentó conmigo en su cama.

-- Perdonada. -- Anunció.









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Dirty Job [ 𝗞𝗧𝗛 ¹⁸ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora