Me estás vacilando? – María se giró eufórica en la silla
-Nop – negué, dándole el último bocado a la tostada – Tal y como te lo cuento. Me exigió, no me pidió eh, me exigió que le explicara qué problema se supone que tengo con ella y cuando voy a echar a hablar, se queda frita
-Hostia, qué fuerte
-Lo que a mí me parece fuerte es...
-¿Qué te parece tan fuerte, Natalia? – la protagonista de la conversación apareció frente a nosotras. Se había duchado y cambiado de ropa, habiendo eliminado por completo los estragos de la noche anterior
-Que estén las calles tan vacías – mentí, observando cómo tomaba asiento justo delante de mí
-Bueno, tampoco es que antes hubiera demasiada gente – rebatió María
-¿Qué plan tenemos para hoy?
-Ah, ni idea. Eso a los organizadores. Por ahí vienen – indiqué
Miki, Cris y Sabela se sentaron también, estirando las extremidades al máximo para disfrutar de la calidez del sol de la mañana
-Sabela – la llamó Alba - ¿Cuáles son vuestros grandes planes para el día de hoy?
-Pues – miró a Miki, que se encogió de hombros – la verdad es que no habíamos organizado nada en particular. Hay que ir a comprar algunas cosas, eso sí. Pero por lo demás…
-Podríamos ver una película esta noche – propuse
-¿Y cómo decidimos cuál?
-Pues lo echamos a suertes. Ponemos nuestros nombres en papelitos y que alguien elija uno al azar. Quien salga, elige – expliqué, recibiendo una aprobación unánime – Espero que sir Right no ponga problemas – apunté, reparando de pronto en su ausencia
-Guay – María se enderezó - ¿Y esta tarde?
-Yo que sé. No pretenderás que piense yo en todo, ¿no? – bromeé – Deberías darle un poco menos a la cerveza y más a las neuronas
-Pero serás zorra…
-A ver María. Razón no le falta – apuntó Sabela, conteniendo una carcajada
-Que os den por culo – bufó, haciéndonos cortes de manga a todos y desatando nuestra risa en consecuencia
-¡Mariii! No te vayas – grité sin éxito
Las noticias a la hora de comer no habían sido nada alentadoras. El aislamiento durante las próximas dos semanas se había confirmado y ya se rumoreaba que podrían ser más. A pesar de eso, el ambiente seguía tranquilo, muy probablemente porque sólo era el inicio del encierro, aunque también nos habíamos comprometido en hacer todo lo posible por mantener la calma y el buen humor.
Después de la merienda volvimos a reunirnos en el patio trasero para aprovechar las horas de sol mientras jugábamos.
-Vamos a sortear primero quién elige la película de esta noche, ¿no? – propuso Cris
-Como queráis – Sabela entró en la casa para coger los papelitos – Venga Cris, ya que lo has propuesto, elige tú al afortunado
Dio un par de palmadas de alegría y a continuación introdujo la mano en la famosa bolsita que ya todos conocíamos de sobra, eligiendo uno de nuestros nombres al azar.
-¡Lolo! – anunció con una carcajada – Pero como no puede hablar, me parece que le va a tocar a Sabela decidir – reímos, mirando entonces a la gallega
-Elijo…Expediente Warren
-¿De miedo? – Cris miró inmediatamente en dirección a Miki, que no tardó ni medio segundo en hacerle un gesto de “yo te protejo”. Cuando se ponía así me daban ganas de potar. Un poquito solo
-Sí. Me apetece – concluyó, sonriente – Y ahora vamos a jugar. Venga
A ver. Las películas de miedo no me disgustaban. Al contrario. Me gustaban, pero eso no significaba que no me asustasen. De hecho, con algunas lo había pasado especialmente mal, pero era muy masoquista en ese sentido. La adrenalina de la tensión sin saber por dónde te va a venir el susto, o si te va a llegar. Pensándolo bien, la sensación se parece bastante a la del amor. Y quizás era por eso que me gustaba tanto.
-Vale. ¿Alguien no sabe jugar al infiltrado? – nos preguntó la Mari. Carlos y Cris levantaron la mano – Es muy fácil. Por turnos, elegimos un tema. Lo que sea. Al que le toque, le dice al oído a cada jugador cuál es el tema excepto a uno, al que le dirá que es el infiltrado. Cuando acabe, uno por uno vais diciendo una palabra relacionada con el tema, y el infiltrado tendrá que decir una relacionada con lo que han dicho los demás para que no le pillen. Cuando acabe la ronda, votamos para ver quién creemos que es el infiltrado. ¿Entendido? – Carlos y Cris asintieron – Voy a empezar yo y así hacemos una de prueba
La rubia pasó persona por persona, susurrándonos el tema que había elegido, y para colmo me tocaba empezar. Seguirían Sabela, Alba, Miki, Cris y Carlos.
-Fría
-Espuma
-Mar
Pillada. Sonreí para mis adentros, sin variar la expresión. El resto, deduje, se habría dado cuenta también
-Rubia
-Negra
-Alemana
“¿En serio, Riht? ¿Alemana?”
-Bueno. ¿Quién creéis que es? – preguntó María frotándose las manos
-¡Alba! – gritamos al unísono con obviedad. La rubia se cruzó de brazos e hizo un puchero, frunciendo el ceño
-El tema era cerveza, ¿verdad? – Asentimos
Fui infiltrada en dos ocasiones y no consiguieron cogerme. La primera vez acusaron a Carlos y la segunda a Miki, ambas sin éxito claro. En el resto de rondas conseguimos pillarlos, y ya sólo quedaba la última: el turno de Carlos.Se levantó con parsimonia y una sonrisa de medio lado como si estuviera tramando algo. Observé sus movimientos con cuidado. Parecía muy seguro de algo, y aún no tenía claro de qué, pero algo me decía que no iba a tardar demasiado en saberlo.
-Alba Reche – susurró junto a mi oído
Menudo cabrón. Claro. El gran plan maestro del muchacho para que la rubia volviese a dormir con él era hacerla el centro de atención por un par de minutos mientras todos decían cosas bonitas de ella. Y seguramente Alba sería la infiltrada.
-Valencia – comenzó Sabela, satisfecha con su elección
-Arte – siguió Miki
-Fallas – Tal y como yo había pensado
-Calma
-Música
-Magnética – respondí segura sin pararme a pensar si me arrepentiría de aquello
Seis pares de ojos se clavaron sobre mí. Cinco con desconcierto y uno con ira. El único que se decidió a romper el silencio
-Bueno. ¿Quién es?
-¡Alba! – coreamos. Pero esta vez no hizo un puchero. No se cruzó de brazos. En su lugar, lanzó silenciosamente un mensaje de ira a Carlos. Una mirada que pocas veces le había visto, y eso que solía enfadarse conmigo con frecuencia
María notó enseguida lo que estaba pasando y se decidió a disipar la tensión del ambiente
-Venga, cocineros a la cocina y los demás a la ducha, que me quiero sentar pronto a ver la peli – ordenó, dando varias palmadas para meternos prisa – Osea, Natalia y yo
Alba pasó junto a mí, cambiando el gesto para dedicarme uno de intriga que hasta ahora no le había visto. La Mari me cogió del brazo para arrastrarme a la cocina
-¡Natalia date prisa! – gritaba Miki desde el salón
-¡Voy coño! – bufé mientras me ponía el calcetín, dando pequeños brincos por la habitación
Si no me hubiese tocado cocinar, habría estado la primera en el sofá. Qué suerte la mía. Bajé la escalera lo más rápido posible y busqué un hueco libre entre los demás para sentarme. ¿Y dónde estaba ese hueco? Exacto.Atravesé la marea de piernas y me acomodé como pude entre Alba y Sabela, que sujetaba uno de los grandes cuencos de palomitas.
-Ea, le doy – anunció mi amigo, acogiendo a Cris entre sus brazos
-Espera que apago la luz – María se levantó veloz
-Venga. Ahora sí
A los pocos segundos de empezar, acerqué levemente la cabeza a la de Alba, esbozando una sonrisa
-No te vayas a asustar eh – susurré
-Qué dices – bufó – A mí estas cosas no me dan miedo
-Vale, vale – levanté las manos – No digo más - Cogí un cojín deliberadamente y me lo puse sobre las rodillas, a ver cuánto tardaba la valiente Alba Reche en lanzarse a capturarlo por pura inercia
Tras la primera media hora y algún sobresalto, la rubia comenzó a revolverse inquieta en su sitio a pesar de luchar por ocultarlo. Me sorprendía la entereza con la que yo estaba aguantando, porque normalmente a estas alturas de la película ya estaría encogida. Quizás era por estar pendiente de sus reacciones. Los sustos fuertes empezaron y con ellos sus esfuerzos por ocultar el miedo.
-¿Lo quieres? – susurré, ofreciéndole el cojín
-Sí, pero sólo por comodidad – admitió a regañadientes, apretándolo tan fuerte como le era posible
Se me estaba durmiendo el brazo, y no se me ocurrió otra cosa que pasarlo por detrás de Alba, rezando porque no lo entendiese como una insinuación. Mis plegarias por supuesto no fueron escuchadas. La trama llegaba a su clímax y Alba cada vez se acercaba más a mí para protegerse.Si hubiese sido Carlos quien estaba a su lado lo habría entendido, pero no era el caso. Poco a poco aunque con cierta reticencia fue acomodándose en el hueco de mi costado, sacándome una sonrisa involuntaria. Por supuesto que no era tan valiente como había dicho.
-Alba – susurré cuando los créditos acababan de aparecer en pantalla – me vas a arrancar la manga
-Perdón – se excusó, saltando como un resorte del sofá - María volvió a encender las luces – Bueno, yo me voy a dormir. Buenas noches
-Nosotros también nos vamos – comentó Cris, recibiendo la confirmación de Miki
-Yo creo que también – anuncié, despidiéndome con un gesto genérico
Llamé a la puerta por si acaso la pillaba de nuevo cambiándose, pero no fue así. No había trinchera esta vez, lo cual me sorprendió bastante.Cogí el pijama y me metí en el baño, cambiándome con tranquilidad, dándome tiempo para repasar mentalmente los últimos acontecimientos.
Al salir, Alba ya estaba acostada, en la misma posición que la noche anterior. Me metí en la cama y apagué la luz, imitándola.
-¿Podemos hablar? – pidió tras un par de minutos, pillándome por sorpresa______________________________________
Ya estaría. Capítulo más largo de lo normal para compensar. Estoy deseando que me vayáis contando cositas: qué os está pareciendo, que teorías teneis... Sé que Wattpad está dando problemas para comentar pero no pasa nada. Yo os leo igual, aunque si seguís teniendo problemas, indicadme a qué parte del cap os referís para no perderme. Nada más. Nos vemos mañana!!
Tw: @Srgio_Aguilar
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A otro lado
FanfictionTras los exámenes, Natalia se ve arrastrada por su amigo Miki a pasar dos semanas de vacaciones en una casa rural. Allí estarán otros amigos suyos además de Alba, con la que no se lleva especialmente bien. Aunque cree que podrán evitarse durante ese...