Dos días después, nos tocó a María y a mí doblar el turno que le había prometido a Miki por el favor de la compra. Por supuesto, a mi amiga no le había hecho ninguna gracia, pero después de mandarme a la mierda un par de veces acabó entendiéndolo.
Alba me había rogado repetidas veces para que no saliese de la habitación y me quedase con ella. Pero no rogado tipo: “Natalia, por favor, no te vayas” con ojillos tiernos y haciendo un puchero; no, más bien del tipo en el que intentaba sobornarme con voz ronca y actitud sugerente. Cuando quería, podía llegar a ser muy persuasiva. Y aunque me moría de ganas de decirle que sí, que a la mierda todo, no podía faltar a mi palabra para mi más absoluta desgracia.
A las doce y media exactamente me reuní con la Mari en la cocina. Bueno, yo sí llegué a la hora acordada. Ella apareció diez minutos después, sonriendo ampliamente y caminando como si acabase de ganar un premio.
-Qué contenta estás, ¿no? – apunté. Señalé el reloj de pared – Pero aun así, llegas tarde
-Bueno tía, ¿qué quieres? Tenía cosas que hacer con Sabela
-A saber qué cosas – rodé los ojos, dándole un codazo
Inmediatamente nos pusimos manos a la obra. Teníamos mucho que preparar y no quería que se nos echase el tiempo encima, y menos aún teniendo en cuenta que además de la comida conjunta había que hacer a parte la de Alba.
-Lo de tu novia lo prepararás tú, ¿no? – Parecía haberme leído el pensamiento
-Sí. Y no es mi novia, María – espeté
-Acabará siéndolo – contraatacó, divertida. Le encantaba picarme
-María. Que te calles – amenacé, apuntándola con el pela patatas
-Eh, eh. Baja el arma, vaquera – cedió, levantando las manos pidiendo tregua
Encendí la candela y puse a calentar el aceite. Estaba inmersa en mis tareas, realizando cada una de ellas casi de forma automática. Estaba demasiado perdida en mis propias ideas. En menos de una semana habían pasado cosas tremendamente heavys.
-Qué calor hace hoy – apunté, abriendo la puerta que daba al jardín trasero
-Ya. Calor… - rio
-María. ¿Se puede saber qué te pasa hoy? – le solté con cierta frustración
-¿Qué te pasa a ti que no me cuentas nada? Llevas dos días en los que no sales de la habitación más que para comer y cuando hablamos no dices más de tres frases
Vale. Igual sí que tenía un poco de razón. Pero coño, había que entenderme. Es normal que quisiera pasar tiempo con Alba y recuperar el tiempo perdido. Y más comprensible era si le añadimos que, fuera de las cuatro paredes de la habitación, para el resto de la casa teníamos como mucho un trato cordial. Nos sentábamos en extremos opuestos de la mesa, apenas interactuábamos y cuando lo hacíamos, nunca eran más de dos o tres palabras.
-Tienes razón. Lo siento. ¿Qué quieres saber?
-Pues si habéis follao ya – soltó, echándose a reír
-¿Otra vez María? Y tú, ¿has follao ya?
-Sabes que sí. Y mira, más desde que estamos obligados a estar encerrados – sus carcajadas aumentaron
-Qué hija de puta – bufé, socarrona – Te odio
-¿Y qué hago? ¿Ponerme en huelga de sexo por solidaridad?
-Ah, pues no estaría mal – respondí, lanzándole un poco de agua mientras fregaba
-¡Que era broma, coño! – se quejó, tapándose la cara con las manos – Ahora en serio. ¿Cómo va la cosa?
-Bien, bien. Pero yo no llevo nada bien eso de tener que mantenerlo en estricto secreto – confesé
-Pero si la idea fue tuya, tronca
-Touché. Pero es más difícil de lo que me imaginaba
-Hablando de la novia de Roma… - susurró, haciéndome señas
No tardé ni dos segundos en entender a qué se refería.
-Hola – Alba apareció en la puerta, y con ella un inesperado temblor en mis piernas
-Hola – respondí en el mismo tono por costumbre
-¿Necesitas algo o sólo estás aburrida? – apuntó María, dándole un rápido beso en la mejilla para volver a la candela
-¿Puedo hablar con Natalia un segundo? Es importante – explicó con seriedad
“Mierda, ya la he cagao” pensé. ¿Había hecho algo? Posiblemente no, pero había una mínima posibilidad de que sí.
-Sí, claro. Natalia, no te preocupes – se adelantó – Yo me ocupo
La seguí hasta la puerta lateral en completo silencio. Me dejé caer contra la pared, espero una respuesta.
-¿Qué pasa? – Hundí las manos en los bolsillos, resignada a llevarme un buen sermón por lo que fuese que había hecho o no hecho
-Nada. ¿Qué va a pasar? – Su expresión cambió rápidamente. Sonreía, jugando con los cordones de mi sudadera - ¿Pensabas que venía a regañarte?
-¿La verdad? Pues sí – Suspiré aliviada
-Bueno, a ver. Técnicamente debería hacerlo – Fruncí el ceño
-¿Por?
Acortó la distancia entre nuestros cuerpos. Su mano recorrió con energía mi clavícula por encima de la sudadera. Se inclinó ligeramente al tiempo que se ponía de puntillas, acercándose a mi oído
-Por haberme abandonado esta mañana – susurró con intención, a punto de rozar con los labios el lóbulo de mi oreja – Estábamos en medio de algo muy…interesante – Sus dedos ascendieron con suavidad por mi cuello, rozándolo a penas
-Ya hablamos de eso – balbuceé, intentando concentrarme en mis propias palabras y no en la maravillosa tortura que me estaba brindando – Tenía que venir. Era el precio a pagar por haber organizado nuestra cita
-Lo entiendo – pronunció, aún más ronca, sin despegarse – Sólo venía a darte un beso
Cerré los ojos. Se enredó en mi cuello y en mis sentidos. Estábamos pecando, devorándonos con mimo a plena luz del día cuando habíamos jurado no hacerlo. Pero lo prohibido siempre sabe mejor.
-¿Qué te pasa últimamente? – pregunté entre beso y beso – Estás…muy… - Un leve mordisco en el labio me silenció
-Shhh – susurró. Sus dedos se perdían con agilidad entre los pelitos de mi nuca
-¡¿Se puede saber qué hacéis?! – oímos gritar a Miki, separándonos de inmediato
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. La habíamos cagado______________________________________
IMPORTANTE: estoy preparando un fic nuevo para cuando acabe este y me gustaría que colaboraseis activamente en él. Por eso, voy a dejaros el enlace a un tuit que puse anoche. Ya os explicaré más adelante por que y de qué va a ir el fic, que espero que leáis cuando salga a la luz. Os lo agradezco por adelantado.
Ahora si. Uf. Que las pillan!!! A saber que va a pasar ahora...mañana lo sabremos!
Tw: @Srgio_Aguilar
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A otro lado
FanfictionTras los exámenes, Natalia se ve arrastrada por su amigo Miki a pasar dos semanas de vacaciones en una casa rural. Allí estarán otros amigos suyos además de Alba, con la que no se lleva especialmente bien. Aunque cree que podrán evitarse durante ese...