Casi una semana después de hincharme a antibióticos y discutir con Alba varias veces para demostrarle que no necesitaba hacer más reposo, estaba prácticamente recuperada. Miki, ya totalmente bien, había ido a visitarme todos los días después de comer, relevando a Alba para que pudiese almorzar y descansar tranquila. Algunas veces charlábamos; otras, en las que yo no me encontraba con demasiadas ganas de socializar, se había limitado a hacerme compañía en silencio, sin perder la sonrisa hasta que la rubia volvía a relevarle.
-María Escarmiento en persona me honra con su presencia – bromeé al verla asomar por la puerta
-¿Por qué no te vas un poquito a la mierda? – respondió, rodando los ojos
-Porque Alba no me deja ni levantarme a mear sola para ir al baño
-Madre mía con la enfermera – bufó, haciéndome reír – Bueno. ¿Qué querías? Miki me ha dicho que tenías que hablar conmigo y que era super super super super super urgente
-No he dicho “super” tantas veces – me defendí
-Al grano, Natalia – espetó
-Sí, sí – cogí aire lentamente – He estado pensando una cosa
-¿Y qué cosita es?
-Mari, céntrate coño
-Vale, vale. Perdona
-He…estado dándole vueltas a lo de mi…problema. Ya sabes – admití sonrojada, apartado la mirada de mi amiga para dirigirla hacia la ventana
-¿Eso de que no puedes follarte a Alba?
-¡María! – La golpeé en el muslo con ganas
-¿He dicho alguna mentira?
-Obviamente no, pero como te digo siempre, no hace falta que se entere toda la casa
-Vale, perdona. Sigue
-Bueno. He llegado a la conclusión de que quiero intentarlo
Tan pronto como aquella frase salió de mi boca, mi amiga empezó a dar saltos en la cama como si de la mismísima niña del exorcista se tratase.
-Joder tía – jadeaba asfixiada – Ya era hora. Quiero decir, sabes que nunca te he metido prisa, al menos no en serio, obviamente de broma pues era broma pero…
-Vale, vale – reí – entiendo lo que quieres decir
-¿Y cuándo tienes pensado…?
-No lo sé aún. Tengo que pensarlo – admití, encogiéndome de hombros – Supongo que si la ocasión se presenta…
-¿Puedo darte un consejo?
-Claro
-Antes o después de hacerlo, deberías contárselo. Incluso creo que es mejor antes. Se merece saberlo
-Lo pensaré. Te lo prometo
-Eh – apoyó la mano sobre la mía, apretando suavemente – Sé que a veces te cuesta abrirte, y más con estas cosas, pero de verdad creo que merece la pena. De verdad
-Lo pensaré – repetí, ensanchando la sonrisa
***
-¿Alba? – pronuncié por instinto, aun sin saber si era ella
-Pensaba que estabas dormida – respondió dulcemente, quitándome el libro de las manos para ponerlo encima de la mesilla
-Casi – bostecé, entornando los ojos de nuevo
-Perdona – se disculpó – si quieres me voy y te dejo dormir
-No, no – Alargué los brazos en su dirección – Ven porfi
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A otro lado
FanfictionTras los exámenes, Natalia se ve arrastrada por su amigo Miki a pasar dos semanas de vacaciones en una casa rural. Allí estarán otros amigos suyos además de Alba, con la que no se lleva especialmente bien. Aunque cree que podrán evitarse durante ese...